Todo comenzó cuando una chica filipina publicó en su perfil de Facebook una fotografía de una escena que llamó su atención. Una noche, mientras caminaba por las calles de su ciudad, se encontró con algo que le impactó: un niño estaba sentado en el suelo delante de un restaurante de comida rápida (McDonald’s) y se dedicaba a hacer sus tareas en su cuaderno sobre una mesita de madera improvisada.
De acuerdo con información de la gerente del local, el niño tiene 9 años y su nombre es Daniel Cabrera. En compañía de su madre viuda y su hermano menor de 7 años piden limosna a los transeúntes en ese mismo lugar durante el día. Daniel cursa tercer grado en la Escuela Primaria Subangdaku de Cebu, Filipinas.
La autora de la foto se llama Joyce Torrefranca y es estudiante de la Universidad de Doctores de Cebu. Expresó que ver a Daniel le inspiró a trabajar con más fuerza y a recordar la gratitud con sus padres por haberle dado la oportunidad de asistir a la escuela.
Está segura de que el gran ejemplo de este niño puede inspirar a mucha gente, a seguir adelante pese a las adversidades y que el recurso más importante que necesitamos para aprender es la voluntad y la mejor disposición de motivarnos a lograr nuestras metas.
Daniel no tiene electricidad en su casa pero eso no es un obstáculo y hace sus tareas en la calle. Así como la energía eléctrica, a Daniel también le harán falta muchas cosas pero a él le sobra motivación y responsabilidad. Sueña con ir a la Universidad y llegar a ser médico o policía.
Daniel y todos los niños que crecen luchando por lograr sus metas merecen una mano amiga y gracias a la sensibilidad de Joyce, que no pasó por alto lo que estaba viendo, el alcance de la publicación ha sido tan alto que algunas organizaciones sociales han tomado en cuenta el caso para ofrecer ayuda a los niños de la zona.
¡No me queda duda de que Daniel llegará muy lejos! Vale la pena que compartas este mensaje, es una gran lección para el mundo entero la perseverancia y la resiliencia de este pequeño.