Un par de niños no pudieron ser capaces de imaginar que su travesura del día les saldría demasiada cara cuando tuvieron la osadía de ir a la casa de su vecino para dejar una particular señal de su presencia.
Cuando Jack Oldroyd, de 22 años, regresó a su hogar tras un intenso día de trabajo, se encontró con la desagradable sorpresa:
La puerta de su casa estaba completamente embarrada de huevo
Pero lo que los pequeños no pensaron es que el inteligente hombre tenía el mejor plan para hacerles pagar por su fechoría.
Las imágenes de CCTV revelan el momento de la travesura y el brillante plan de Jack para que los pequeños recibieran la lección de su vida:
Cuando Jack descubrió la travesura, pudo darse cuenta que a pesar del intenso sol los huevos rotos estaban todavía líquidos, por lo que dedujo que el incidente tuvo que haber sucedido minutos antes.
Pero a pesar de lo terrible que es hallar algo así, respiró profundo y le agradeció al cielo que al menos no lo hicieran con su auto.
Así que sin dudarlo, corrió a ver las imágenes de CCTV para descubrir a los malhechores y pudo corroborar lo sucedido.
Unos pequeños demonios habían arrojado huevos a la puerta
«Cuando vi en el video a los chicos arrojando huevo, pensé: Voy a encontrarlos y les haré pagar por eso», dijo Jack.
Así que sin dudarlo decidió salir en su auto por los alrededores en busca de los pequeños traviesos, hasta que finalmente dio con los niños que tan alegremente vio en las imágenes.
«Yo no estaba dispuesto a limpiar la puerta, quería que ellos lo hicieran. Al principio, no los encontraba por ningún lado, pero después en el camino de regreso a casa, los vi. Y pensé: Perfecto, los he encontrado, es mejor que vayan a limpiarlo», relata Jack.
«Se pusieron de color rojo brillante, sabían para qué me dirigía a ellos incluso antes de que les hablara. Sólo se disculparon y dijeron que no volverían a hacerlo», continúa. «Pero les dije: Sé que no lo volverán a hacer, pero la única manera de que eso suceda es que vengan a limpiarlo».
Realmente, Jack no confiaba en que los pequeños fueran dóciles a su exigencia. Y sin esperar mucho -ya le valía que le hubieran escuchado-, de pronto unos minutos después se encontró con los niños tímidos que llamaban a su puerta.
«Se disculparon de nuevo y yo los estaba esperando ya con un balde de agua tibia con jabón y algunos paños para que limpiaran la puerta».
Los pequeños tardaron cerca de 10 minutos retirando el huevo que ya estaba seco y adherido
«Lección aprendida», escribió Jack junto a las imágenes que ya han circulado como la pólvora en las redes, ganándose la admiración de miles de personas. Muchos han aplaudido su reacción calificándola como «justa» y «lo que muchos padres de ahora deberían aprender».
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