Agustina Wagner, una mujer originaria de Argentina, se encontraba paseando con su hija y después de comer en un centro comercial de Tucumán, entraron a una tienda de deportes para las últimas compras navideñas.
Es común que en torno a estas fechas, la gente que mendiga en las calles aumente considerablemente. A propósito del sentido de solidaridad propio de la época, algunos se aprovechan; aunque otros que verdaderamente no tienen otra opción, acuden a la caridad como su último recurso para pedir algo para subsistir.
Tal como pasó con estos niños que al ver a entrar a Agustina al local, no dudaron en pedirle algunas monedas.
La madre de 3 niños, aunque tenía prisa, no pasó de largo. Al contrario, se detuvo ante los ojitos de angustia de los pequeños y les preguntó qué le habían pedido a Papá Noel.
Todos al únisóno respondieron: «zapatillas».
Agustina no pudo irse así, y sin saber que alguien estaba observando toda la escena, decidió entrar al local y sorprender a los niños cumpliendo su deseo de Navidad.
«Estábamos ahí y empezaron a llegar los hermanitos y primitos, y también había dos pequeñas que querían vestidos, así que después fuimos a buscar los vestidos», dijo Agustina a los medios después de que su historia se hiciera viral.
Nico Terron fue el fotógrafo que pudo ser testigo del acto de solidaridad y compartió en su red social las emotivas imágenes junto a un mensaje:
«Sácate el sombrero, párate y aplaude a estas dos mujeres que compraron aproximadamente 12 pares de zapatillas para niños en situación de calle. Se llevó todos los aplausos del local y de la gente que las veía salir. Orgulloso de un Tucumán con esta gente», escribió en su publicación.
«Eran 11 niños en total: dos nenas y nueve varones. Fue todo muy casual, siento que soy yo la afortunada, fue muy emocionante poder darles la posibilidad de cambiar la cara y hacerlo con mi hija, todavía más. El regalo me lo llevé yo», comentó por su parte, Agustina.
«Muchas gracias a todos por la cantidad de mensajes que recibí con bendiciones para mi y mi familia. Nunca lo hubiese imaginado».
«Sentir la alegría de esos chicos fue el regalo más grande que podría haber recibido!
Mi deseo en esta navidad es que cada uno desde el lugar que pueda sea puente para los demás. Mi intención era que los chicos pudieran aunq sea por una vez elegir algo…yo podía hacerlo con algún regalito que ellos desearan! Pero qué lindo sería que puedan elegir más! Les agradezco de corazón porque hoy me voy a dormir inmensa de tanto cariño!».
«Que nadie llegue a tu vida y se vaya sin ser mejor y más feliz”, concluyó.
Gestos así merecen ser compartidos. Aunque esta mujer jamás hizo esto para que le aplaudieran los demás, su historia ya ha dado la vuelta al mundo. Y es la muestra más palpable de que de esto va la solidaridad, no de palabras bonitas…