El pasado jueves 13 de junio se confirmó la noticia del fallecimiento de la reconocida actriz mexicana Edith González después de tres años de lucha contra el cáncer de ovario.
Lamentablemente sufrió una recaída, el cáncer hizo metástasis en el útero, matriz y epiplón.
Después de su diagnóstico ella habló con su esposo Lorenzo, y su hija Constanza que en ese entonces tenía 11 años.
La niña se enteró de que su mamá padecía tan dura enfermedad un día antes de que entrara el quirófano, estaba de vacaciones en Madrid con su papá, Santiago Creel, ex pareja de la actriz.
Para Edith, su hija era el motor que necesitaba para mantenerse fuerte en medio de las adversidades que enfrentó mientras se sometía a exhaustivos tratamientos. Un año después, logró entrar en remisión, su cuerpo estaba libre de células malignas.
Pero el cáncer regresó sin nada que los médicos pudieran hacer para salvar a Edith, ella quiso disfrutar hasta su último suspiro momentos junto a sus seres más queridos.
Edith se preocupó por dejar un legado valioso para su hija y las personas que veían en ella una inspiración para seguir adelante. Por eso le dejó valiosos mensajes:
“Le hago un reconocimiento muy grande a mi pequeñita, Constanza. Ha sido una niña que cuando se enteró de que yo tenía cáncer, durante tres semanas se durmió a los pies de mi cama. No abandonó a su mamá, es la cereza del pastel de mi vida”, dijo Edith durante una entrevista.
Constanza nació cuando la actriz tenía 40 años, estaba a punto de perder la esperanza de convertirse en madre. Su enfermedad le hizo saber que era probable que en algún momento dejara de estar para ella.
En su cumpleaños del año pasado, Edith le escribió este mensaje:
“Un día anunciaste tu llegada, dominando mi cuerpo, transformándolo. Sin falsos sentimentalismos sentí tu crecimiento. Tu llegada fue fuerte, delicada, esperada, hermosa. Al surgir de mi vientre me hiciste entrañable, me hiciste madre.
Y yo pude sostener en mis brazos a un ser que, sin sospechar las profundidades de la maternidad, ingenuamente pensé que podría moldear.
Poco a poco me has enseñado que los padres no podemos más que aspirar a ser guía, en el mar inmenso que es la vida. Este mar que amas y del cual te ha tocado surfear grandes olas, y de cada reto sales con gracia e inteligencia”.
Le dice a su hija que a pesar de las dificultades siempre hay algo positivo que se puede agradecer.
“No amor, la vida no es fácil, más es extraordinariamente hermosa. Tú tienes un corazón muy determinado, una inteligencia aguda y un espíritu generoso. Estoy tan llena de ti, tan orgullosa de ti, de verte valiente construyendo una identidad amorosa, alegre, fuerte y comprometida. Constanza, mi Constanza, mi niña, mi ternura, mi cielo, mi corazón, mi todo, y sin embargo eres tuya; tanto como cuando decides trepar una ola y hacerla tuya, dominar el horizonte, retar la energía del agua y realizar tus anhelos”.
Concluye agradeciéndole por su presencia en su vida. La publicación tuvo más de 13 mil reacciones.
“Eres una niña hermosa, solo puedo decir gracias por permitirme ser tu madre, velar tu sueño y ver en ti el milagro de la vida. Constanza, tomadas de la mano recorramos el mundo, al fin y al cabo, somos polvo de estrellas. Te amo pequeñita”, así termina el emotivo mensaje que Edith le dedicó a su hija.
Seguro que Constanza atesorará cada palabra durante el resto de su vida, aunque su madre no podrá estar junto a ella físicamente como polvo de hadas la seguirá acompañando. Compártelo.