Las imprudencias de los conductores muchas veces tienen consecuencias muy graves y lamentables, y es el caso de esta historia.
Un trágico accidente ocurrió cuando siete niños caminaban juntos por un sendero en Oatlands, en el oeste de Sydney, el sabado 01 de febrero, y desafortunadamente fueron atropellados por un automóvil.
Los pequeños iban por un helado cuando el vehículo de Samuel William Davidson, de 29 años, quien conducía bajo los efectos del alcohol, los arrolló.
Cuatro de los niñosfallecieron en el lugar y los otros tres heridos fueron trasladados al hospital.
Leila Abdallah, madre de tres de los niños que perdieron la vida, Angelina de 13 años, Sienna de 9 años y Antony de 12 años, declaró que perdonaba al conductor ebrio, cuando dijo que podía sentir a sus «ángeles» diciéndole que estaban bien.
Leila regresó a la escena de la tragedia el lunes y antes de leer las cartas de condolencias de los ramos de flores que estaban en el lugar, rezó un emotivo rosario tomada de las manos con sus seres queridos.
“En este momento no puedo odiarlo. No quiero verlo, pero no lo odio», dijo Leila.
Increíblemente, esta madre le ofreció su perdón al conductor que supuestamente había superado tres veces el límite de alcohol en sangre cuando ocurrió el accidente.
«Creo en mi corazón perdonarlo, pero quiero que se haga justicia en la corte. No voy a odiarlo, porque no somos quienes para hacerlo«, exclamó la madre.
En el mismo lugar donde un día antes su esposo Danny Abdallah le contó historias de sus tres hijos e insistió en que ahora están «en un lugar mejor», esta madre dijo que podía sentir cómo la abrazaban.
“Danny y yo tuvimos la suerte de tener seis hijos. Amamos mucho a nuestros hijos. Puedo sentir que me están abrazando en este momento», dijo la devastada madre.
Los padres recibieron el apoyo de docenas de familiares y amigos mientras visitaban el lugar donde fueron arrollados los niños.
“Tratamos de enseñarles a rezar el rosario, leer la Biblia, creer en su fe, a ser buenas personas en la vida y mostrar el rostro de Dios a través de ellos”, dijo Leila.
Muchas personas se hicieron presentes en el lugar del accidente durante la madrugada del domingo.
Hicieron un increíble monumento improvisado que se extendió casi 100 metros a lo largo de Bettington Road.
“Le pedí a Dios que nos uniera a todos como comunidad para orar juntos, pero no le pedí que se llevara a mis hijos”, dijo la madre.
Danny dejó que sus hijos caminaran hacia la tienda local para comprar un helado porque era muy cerca, pero nunca imaginó que algo tan horrible les pudiera pasar.
“Para ser honesto, estoy triste, tengo el corazón destrozado, pero estoy en paz porque sé que mis hijos están en un lugar mejor. Mis hijos son ángeles y sé que ahora están con nosotros”, dijo Danny.
La policía acusó al conductor de 20 delitos, incluidos cuatro cargos de homicidio involuntario y conducir bajo los efectos del alcohol.
Samuel se enfrentó al tribunal local de Parramatta donde se le negó la libertad bajo fianza y se presentará nuevamente en la corte el 2 de abril.
“Todavía estoy esperando que mis hijos vuelvan a casa, se siente muy irreal”, dijo la madre devastada.
Es muy lamentable que sucedan estos actos de negligencia con consecuencias fatales para gente inocente. La reacción de la madre de los niños se convirtió en un ejemplo de amor para muchos, a la mayoría le resulta extraño que sea capaz de asumir lo que pasó con tanta paz perdonando al culpable de arrebatarle a lo más valioso que tenía.
Comparte esta triste historia para ayudar a crear conciencia sobre el consumo de alcohol a la hora de sentarse detrás de un volante. Nuestras solidaridad a la familia de los niños que alzaron su vuelo antes de tiempo.