Leyth Hampshire es un británico de 23 años graduado en negocios en la Universidad del Oeste de Inglaterra, quien se derrumbó en Budapest después de sufrir una hemorragia cerebral.
Milagrosamente, Leyth superó todos los pronósticos y tiene la suerte de estar vivo tras la terrible lesión.
Este británico reveló que se siente afortunado de haber sobrevivido después de pasar ocho días en coma tras sufrir una hemorragia cerebral rara que los médicos nunca habían visto en un paciente tan joven.
Leyth había viajado a Budapest para asistir a un evento de redes cuando inesperadamente cayó al suelo con una convulsión.
“Les dije a mis colegas que necesitaba ir al baño, me di la vuelta y me desmayé. No recuerdo más nada”.
Leyth fue trasladado de urgencia a un hospital húngaro con mucha dificultad para respirar. Lo que inicialmente se pensó que era un ataque de asma resultó ser algo mucho más grave.
Había sufrido una repentina aneurisma de grado 5. Una arteria en su cerebro se abrió inexplicablemente y causó un derrame cerebral instantáneo del cual el 80% de los pacientes no logra despertarse.
«Cuando desperté estaba muy desorientado. Abrí los ojos y vi a muchas enfermeras alrededor de mi cama. No podía moverme porque estaba atado», relató el joven.
En el hospital estuvo conectado a docenas de cables durante más de una semana mientras su cuerpo luchaba desesperadamente por no apagarse.
Cuando despertó, le dieron un sedante para hacerlo dormir de nuevo por su alto nivel de ansiedad.
Leyth competía en triatlones, practicaba yoga, es vegano y estaba persiguiendo un cargo en finanzas después de completar una maestría entre San Francisco, Barcelona y Taiwán.
Leyth dijo que los médicos confesaron que no tenían idea de por qué un joven tan activo y saludable se vio dependiente a un soporte vital con un tubo que lo ayudaba a respirar.
Cuando Hampshire despertó por segunda vez, se encontró conseres queridos que habían volado desde todo el mundo para estar junto a su cama.
Leyth fue operado cuatro veces. La segunda operación no fue exitosa, pero por fortuna uno de los neurocirujanos más importantes del mundo es húngaro y estaba en el hospital el día que ingresaron a Leyth. Él fue quien realizó la operación que le salvó la vida.
Este cirujano colocó una cámara a través de una abertura en la ingle, introduciéndola hasta una vena en el cerebro donde insertó un tubo de 4 cm para reemplazar la arteria rota.
Leyth perdió la sensibilidad en el lado derecho de su cuerpo y no pudo caminar, pero solo dos meses después recuperó la movilidad. Su fisioterapeuta dijo que nunca había visto una recuperación tan rápida.
«Me negué a aceptar que no volvería a caminar, esa no era mi realidad. Todos los días me acostaba en la cama del hospital mirando al techo, me imaginaba corriendo y caminando en bosques y playas, y cada día mi pierna mejoraba».
Un recuerdo que me mantenía activo era que el médico me miraba a los ojos y mientras sonreía decía: «No pensamos que despertarías».
El horrible accidente que sufrió cambió para siempre su forma de ver la vida.
«Antes buscaba un trabajo en finanzas, pero me di cuenta de que trabajar 12 horas al día detrás de un escritorio por un gran salario no vale la pena. Quiero centrarme en el poder del cerebro y el cuerpo humano. Quiero recuperarme por completo y volver a competir».
Todo sucede por una razón y después de esta dramática experiencia Leyth dice se siente muy contento, afortunado y feliz. Comparte su testimonio, puede ayudar a otras personas.