Todos sabemos lo peligroso que puede ser dejar en el auto a los bebés, niños y animales cuando las temperaturas suben a niveles, muchas veces, inesperados.
Todos los años, oímos y leemos de cientos de historias de personas que son culpables de la pérdida de sus hijos, o de policías que rescatan niños o perros de adentro de autos que han alcanzado altas y peligrosas temperaturas.
El mayor problema que ocasiona esta situación es la insolación, que puede ser mortal. Una insolación es una condición causada por el recalentamiento de nuestro cuerpo, como resultado de una prolongada exposición a altas temperaturas.
Jennifer y Anastasia aprendieron que no sólo los autos son peligrosos para los niños.
Anastasia parecía dormir tranquilamente, pero estaba a punto de sufrir un fuerte caso de insolación.
La insolación requiere de un tratamiento de emergencia, pues las que no son tratadas correctamente pueden dañar el corazón, el cerebro, riñones y músculos. El daño puede empeorar si el tratamiento es demorado, incrementando el riesgo de tener serios problemas cardíacos.
«Y los autos no son los únicos lugares donde pueden suceder estas tragedias».
Y esto lo comprobó una joven madre, Jennifer Abma con su hija de tres años, Anastasia.
Jennifer compartió la historia en Facebook e Instagram y se propagó por todo el mundo, logrando que más de 50 mil personas compartieran su relato.
Esto es lo que escribió Jennifer en su muro:
“No tenía idea lo caliente que estaba su habitación hasta que fui a despertarla y la encontré bañada en sudor, su cara roja, hirviendo y estuve 15 minutos sin poderla despertar, la ambulancia llegó más rápido de lo que imaginé, le tomaron el nivel de azúcar y estaba en 1.2 cuando tendría que esta arriba de 4, le administraron sacarosa y en unos minutos comenzó a llorar claramente asustada.
No, no es mi culpa que esto le pasara, pero es difícil no sentirse culpable, esta es una lección que aprendí y espero que otros padres puedan aprender algo de esto y asegurarse de chequear los cuartos en su casa porque pueden ser tan peligrosos como un auto caliente.
Todavía estoy en shock, no me quiero imaginar qué hubiera pasado si no iba a verla. Definitivamente, ayer tuvimos a Dios a nuestro lado y estoy agradecida por el servicio de emergencia y a Jay que vino lo más rápido posible para ayudarme”.
Anastasia estaba durmiendo la siesta y Jennifer fue a despertarla. Pero tras varios intentos comprendió que algo le pasaba a su hija. Estuvo más de 20 minutos hasta que finalmente pudo hacer que reaccionara.
La niña fue a dormir la siesta, pero no sabía cuán caliente iba a ponerse su habitación, lo que su madre descubrió luego.
Jennifer y su hija son muy unidas.
En las redes sociales la joven madre muestra las actividades que hacen juntas.
Jennifer aprendió de la peor forma los peligros de las habitaciones calientes.
Y quiere alertar con su experiencia a otros padres
Gracias a que estuvo atenta, su hermosa hija está sana y salva.
¿Sabías que los cuartos pueden alcanzar la misma temperatura que los autos?
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