En España se han registrado hasta el momento 20.043 fallecidos por coronavirus, de los cuales 7.132 son pacientes de Madrid. En las residencias de ancianos se han producido brotes de contagios con saldos devastadores.
Recientemente se difundió el audio donde se escucha a la directora de una residencia de ancianos en Ullastrell en la que han fallecido 12 personas a consecuencia del COVID-19.
“Si un anciano no puede respirar, le dan agua”, se escucha decir a la responsable de la residencia.
“No atiendan el puñetero teléfono a los hijos”, dice la encargada de la institución instando a los trabajadores a ignorar las llamadas de los familiares de los ancianos.
“Si están aburridos sin sus hijos, se lo van a pasar bomba”, les dijo la mujer a los trabajadores.
Dos ex trabajadoras de la institución decidieron denunciar el hecho en los audios se puede escuchar cómo la mujer les da la orden de restringir por completo la comunicación entre los residentes y sus familiares.
Asimismo, se burla del trabajo adicional que tendrán porque los ancianos no cuentan con la compañía ni el contacto de sus hijos.
Lo más indignante es que prohibió que los trabajadores atendieran las llamadas de los preocupados familiares de los residentes.
“No atiendan el teléfono. Solo lo tienen que atender cuando llame yo, desde mi teléfono fijo o desde mi móvil. A las familias, no”, insiste.
Da instrucciones si un anciano presenta dificultades respiratorias, les pide que se limiten a ofrecerles agua.
“Si un anciano tiene un resfriado, le dan agua. Si no puede respirar, agua. Y, si le dan a uno de comer en el salón van a ir todos, porque están aburridos sin sus hijos”, resaltó la mujer.
Claudia Sierra, una de las ex trabajadoras con coronavirus, relató: “Me dijo que, si no trabajaba, me mandaría a la policía”.
La ex empleada, quien no tuvo temor de dar la cara y alzar la voz contra al gestión de la encargada de la residencia, dijo que la obligó a cumplir con sus labores a pesar de que sabía que había sido diagnosticada con coronavirus.
La encargada de la residencia de ancianos pretendía que esta empleada asistiera a su jornada de trabajo sin ningún equipo de protección individual.
La ex trabajadora denunció que los ancianos que se fueron contagiando con COVID-19 permanecían en las mismas habitaciones que los sanos.
María del Carmen Jiménez, hija de una anciana fallecida en la residencia de Ullastrell, declaró en una entrevista: “La jefa dijo que mi madre estaba triste, no enferma”.
La directora de la residencia de ancianos está siendo investigada por la fiscalía después de las denuncias en su contra.
“Mi madre tenía 39 de fiebre y no lo sabían”, dijo María del Carmen.
Además, denunció que la encargada de la residencia le dijo cuando vio a su madre con muy mala cara en una vídeo llamada que estaba afligida y no tenía problemas de salud.
“Yo vi a mi madre muy rara. Se lo comenté y me dijo que estaba triste, pero no enferma. A los 45 minutos se la llevaron al hospital con 39 de fiebre y sin poder respirar”, recordó afligida.
Su madre fue la primera en contagiarse de coronavirus en la residencia donde han muerto 12 ancianos y donde seis trabajadores han sido diagnosticados con el virus.
La encargada de la residencia indica a los trabajadores que deben controlar las constantes vitales, pero no pueden llamarla para advertirle casos críticos. “Si fulanita se está ahogando y tiene una temperatura de 36, una frecuencia cardíaca normal… (…) que está la abuela mejor que yo, no me llamen”.
Aseguró que los ancianos buscarían llamar su atención: “Cuando más vean que han llamado la atención y ustedes están pendientes de ellos, más lo van a hacer”.
En la residencia les ofrecieron a los trabajadores guantes adicionales, y gel hidroalcohólico, pero la encargada los instó a ahorrarlo porque no podría adquirir más cantidad. Los reprendió por lo que habían utilizado amenazándolos de tener que bañar en el futuro a los abuelos usando solo papel higiénico en vez de esponjas.
Les dijo que las mascarillas solamente eran necesarias para aquellos pacientes contagiados de COVID-19.
La mujer a cargo de gestionar la residencia de ancianos ordenó que no le abrieran la puerta a una anciana que había recibido el alta médica tras estar ingresada en el hospital, porque no se sabía si tenía coronavirus.
“Es que no se lo que sería capaz de hacerles”, amenazó la mujer a sus trabajadores en caso de que abrieran las puertas a la anciana o sus familiares.
La noticia ha causado indignación en la opinión pública, miles de usuarios de las redes se han pronunciado para expresar su rechazo a la negligencia de la encargada de la institución. Compártela.