Si tienes mascotas, probablemente tú también compartes la opinión de que tu perro, tu gato o cual sea el animal que diste acogida en tu casa, es nada menos que un miembro de la familia. Por esta razón, no te pasaría ni un segundo por la cabeza abandonar a tus animalitos a su suerte si una emergencia se presentara ¿No es así?
Esto fue exactamente lo que la familia Parker pensó cuando las autoridades los contactaron para informarles que debían evacuar su casa de inmediato, pues las tormentas producidas por el huracán Harvey se aproximaban. Así, tras un aterrador recorrido por carreteras cerradas, obstáculos en la vía y lluvia inclemente, los Parker encontraron un hotel donde refugiarse. El único problema es que sus tres adorados perros no tenían permiso para entrar.
Gillian y Phillip Parker fueron tomados por sorpresa cuando se les notificó que debían huir en cuanto antes de su casa en New Territory, Texas. Sin más opción que empacar lo esencial y dejar atrás el resto de sus pertenencias, esta familia conformada por Gillian, Phillip, su hija de 16 años, Allison, la abuela de 85, Sylvia, y 3 perros, se encaminó a lo que sería el peor viaje de sus vidas.
Apresuradamente, la familia se repartió en dos autos y se lanzó a la autopista, esperando de este modo resguardarse de la tormenta. Como es de esperar, el camino fue un gran reto: golpearon varios obstáculos y uno de los autos se inundó por completo. Esto sin mencionar que todos los hoteles a los que llegaban estaban copados o cerrados.
El único lugar donde encontraron albergue fue en el Holiday Inn Express and Suites en Katy, Texas.
Fue entonces cuando esta desesperada familia recibió la peor noticia hasta ahora: sus 3 perros, todos rescatados de refugios, no tenían la entrada permitida. «Esto es ridículo», expresa Gillian, muy indignada «La guardia nacional está sacando a la gente de sus casas, ¿y nuestros perros no pueden estar a salvo?»
Según Gillian, ella misma intentó en repetidas ocasiones solucionar el problema con la administración del hotel, pero estos se negaron a escucharla argumentando que, basados en su política, no podían admitir mascotas.
Sin otro lugar a donde ir, los Parker no tuvieron otra opción que aceptar las estrictas condiciones del hotel. Mientras tanto, Arrow, Wiggum y Buttercup, permanecieron en el estacionamiento, encerrados en el auto al resguardo de la lluvia que no paró nunca de caer.
Esta familia ama a sus perros y los cuida con mucho amor y dedicación. Tanto, que difícilmente se quedan solos en casa. Por esta razón su nivel de estrés nunca disminuyó, a pesar de que estaban todos «a salvo».
Gillian, su esposo y su hija se turnaron para acompañar y sacar a los perros a hacer sus necesidades. «Te mojas hasta los huesos tan solo llegando hasta allí y sacarlos es terrible. La lluvia es tan intensa que cae como agujas en tu cara y terminas temblando dentro del auto», explica Gillian.
Estuvieron el el hotel Marriot Town Suites Energy Corridor hasta que, finalmente, pudieron seguir su camino a casa de la madre de Gillian, donde todos pudieron descansar. Ahora los tres perros disponen de todo un patio trasero para jugar y ser libres.
Por su parte, un vocero del Holiday Inn se disculpó públicamente por el incidente y asegura que, desde entonces, el hotel está recibiendo las mascotas de los huéspedes que huyen de la tormenta. Asimismo, aseguran que han donado 5,000 dólares a distintas fundaciones que rescatan animales víctimas del huracán Harvey.
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