La entrega que algunos médicos tienen hacia su profesión y bienestar de los demás, en ocasiones, es tan grande que los lleva a perder la vida al no contar con los medios de protección necesarios para cumplir con su deber, sin verse afectados al enfrentar a un virus mortal.
Arriesgan todo por la salud de los pacientes
La pandemia por coronavirus ha causado un gran desabasto a nivel mundial en los insumos de protección, pero nada justifica someter a un médico a largas jornadas de trabajo sin la protección adecuada.
Lamentablemente, esto fue lo que sucedió con Jorge Alejandro López Rivas, un joven estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México que luchaba contra el coronavirus en el área de emergencias del Hospital General Ecatepec Dr. José María Rodríguez.
En muchas ocasiones Jorge tuvo que dar atención a personas con síntomas de coronavirus. Cumplió ejemplarmente con su trabajo, hasta que el pasado 12 de diciembre de 2020 comenzó a presentar afecciones estomacales, pérdida del sentido del gusto, dolor de cabeza y de cuerpo.
El estudiante reportó su situación con sus superiores, quienes le ignoraron y le obligaron a continuar trabajando, sin brindarle el equipo de protección que tanto necesitaba.
Soñaba con ser un gran médico graduado
“No se veía tan mal”, dijeron sus superiores a Jorge.
La salud de Jorge se vio afectada enormemente hasta el pasado 04 de enero. Durante todo ese tiempo, el estudiante no dejó de suplicar a sus superiores que le realizaran la prueba de coronavirus y que le permitieran ausentarse de sus prácticas. Pero todo fue en vano, no podía dejar de trabajar.
“Se tomaría como incumplimiento de su labor, por lo cual él asiste a su servicio, con agravamiento del cuadro clínico durante la guardia”, se detalla en el informe médico de Jorge.
Ese día, familiares de Jorge lo llevaron al mismo hospital donde trabajaba en estado grave, con un nivel de oxigeno en su organismo de solo el 65%. Fueron otros compañeros, que también trabajaban para el hospital, quienes intentaron mantenerlo con vida durante 40 minutos, pero a las 17:40 horas dio su último respiro.
Para los compañeros de Jorge, su triste fallecimiento fue la consecuencia inminente tras no haberle proporcionado asistencia médica, oxígeno y medicamentos cuando lo pidió.
Diversas instituciones educativas se sumaron para condenar el acto de negligencia y asegurar que los médicos que afrontan la pandemia lo hacen con el equipo insuficiente:
“Sin guantes, alcohol, jeringas, válvula, mascarilla reservorio, toma de oxígeno funcional, laringoscopio, medicamentos inductores de coma, catéter, ni equipo de protección personal”, señalaron las universidades UNAM, IPN y UAEM.
Hasta el momento, las autoridades del hospital en cuestión no se han pronunciado al respecto. Es momento de alzar la voz y exigir justicia para Jorge y el resto de los médicos, ¡merecen tener los recursos para cumplir con su noble labor.
Comparte este dramático caso y súmate a la petición de justicia para los médicos.