Tras un divorcio es muy frecuente la desagradable batalla para tratar de obtener la custodia de los hijos. Lamentablemente estos procesos son muy comunes y traumáticos para la familia, especialmente para los hijos.
Brian y Michelle Wolferts, una pareja que después de su separación se disputó la custodia de sus tres hijas, Brittany, Danielle y Sydney.
Después de tres años de finalizado el divorcio el juez otorgó la custodia al padre.
Cumpliendo el acuerdo establecido, Brian llevó a Sydney, de 15 años, y Danielle, de 14 años, a la casa de su madre en Utah, donde pasarían el verano del 2014.
Llegado el momento para retornar a casa Brian no pudo contactar a sus hijas. Tras hablar con su madre y descubrir que no las encontraba, ambos decidieron llamar a la policía.
Lastimosamente cada vez que se registran estos escenarios, son más los casos reportados por la desaparición de los hijos, quienes huyen para buscar un poco de tranquilidad y evitar el contacto con los padres que van marcando su accidental infancia y adolescencia.
Michelle explicó que había dejado a sus hijas en el University Mall, en Orem acordando que las buscaría luego de tres horas, pero cuando llegó no las encontró. La policía tomó las declaraciones de los padres y calificaron a sus hijas como fugitivas.
Normalmente en estos casos las hipótesis sobre la causa de la desaparición se inclinan hacia uno de los padres, sin embargo, la policía la descartó porque percibió el interés y la colaboración de ambos para que las niñas aparecieran.
Sin embargo, dos semanas después de que las niñas desaparecieron, Michelle también desapareció. Era evidente que ella estaba con sus hijas, según la policía de Orem.
Michelle no dudó en proteger a sus hijas de su ex-esposo, aun cuando las niñas en más de una ocasión insistieron en que no eran escuchadas cuando relataban las vivencias con su padre.
Ambas niñas estaban huyendo de las diferencias de sus padres, especialmente del carácter de su padre quien nunca lo dejó entrever para evitar perder la custodia de sus hijas.
Brittany, la hija de 19 años declaró que se había ido de la casa porque su padre era abusivo y volátil. Posteriormente las niñas enviaron un video donde explicaron que estaban a salvo y que huyeron para escapar de Brian.
No nos perdimos, ni nos extraviamos. Estamos muy seguras. Pero huimos porque nadie nos escuchaba y no regresaremos hasta que podamos vivir con nuestra madre otra vez. Nuestro padre es abusivo y a veces nos aterra. Siempre miente y la gente le cree.»
Un año y medio después la policía finalmente encontró a las niñas, quienes se habían escondido con su madre en el departamento de un amigo de la familia en Pleasant Grove, Utah.
La policía encontró a Michelle con sus dos hijas, y la arrestaron de inmediato. Fue sentenciada por cargos menores de interferencia de custodia, fraude de asistencia de vivienda y presentación de información falsa.
Michelle afirmó que sus hijas la contactaron poco después de que se escaparon y le suplicaron que las ocultara.
Sentí que esta cantidad de tiempo era lo único que las salvaría. Necesitaban tener un poco de paz”
Brian abandonó el caso contra Michelle en marzo de 2017 y se ordenó a las niñas regresar a Kansas para vivir con su Madre. Brittany, quien tiene 20 años, ha estado al frente de sus hermanas para que finalmente puedan ser escuchadas.
Mi mayor esperanza es que sean libres. Son niñas muy inteligentes, ellas saben dónde están a salvo. Merecen tener la voz que han silenciado y que ningún juez ha querido escuchar hasta ahora.”
En casos como estos los niños siempre terminan huyendo del problema causado por la ruptura matrimonial, los cuales se van extendiendo de una manera sistemática arropando significativamente el ambiente y el entorno de los hijos.
Comparte esta historia que lamentablemente es el espejo de muchos hijos que literalmente se quedan atrapados en el egoísmo de sus padres.