En todo el mundo se ha conocido la historia de Charlie Gard, el bebé que nació con una afección muy extraña que le causó daños cerebrales irreversibles de los que lamentablemente no pudo sobrevivir.
Recientemente sus padres Connie y Chris anunciaron su decisión de abandonar la lucha legal para someter a Charlie a un tratamiento experimental en Estados Unidos para el que recaudaron más de un millón de euros y contaron con el apoyo del presidente Donald Trump y el Papa Francisco.
El congreso de Estados Unidos decidió aprobar la residencia permanente en su país para Charlie y su familia, y un equipo médico especializado estaba dispuesto a colaborar para brindarle las atenciones necesarias.
El día de ayer, conocimos la noticia de que Charlie había partido al cielo. Connie Yates, la madre de Charlie, declaró que:
“El niño que ha robado el corazón de todo el mundo ha fallecido hoy. Nuestro precioso hijo se ha ido. Estamos muy orgullosos de él” a través de un comunicado hecho por el portavoz de la familia.
El juez Nicholas Francis, quien se encargó del caso de Charlie, ordenó mantener en secreto el hospital pediátrico para enfermos terminales donde el pequeño falleció. Así como la hora del deceso, por petición de los padres el paciente fue trasladado a otro centro de salud, no querían que muriera en el Great Ormond Street Hospital.
Los padres de Charlie están devastados y decepcionados, aseguraron no tener ningún control sobre la vida ni la muerte de su hijo. Su último deseo era que lo trasladaran a su casa para darle el último adiós en la intimidad de su hogar y que Charlie pudiera estrenar la cunita que habían preparado con mucha ilusión para él, pero no pudo hacerse realidad.
Fue un largo y doloroso camino para los padres de Charlie, el pasado lunes los padres de Charlie se negaron a conocer los resultados de los últimos estudios médicos realizados. Los médicos comprobaron que el tratamiento experimental que podrían ofrecerle no haría efecto, porque la masa muscular de Charlie estaba muy atrofiada.
Los estudios fueron realizados con el apoyo de los médicos de Londres y del doctor Michio Hirano, quien fue convocado por el juez para que evaluara al pequeño.
Hoy el mundo llora la muerte de Charlie, un pequeño valiente que nos recordó el valor del respeto a la vida. Expresamos todo nuestro apoyo y solidaridad a los padres que lo intentaron todo, su angelito los cuidará por siempre.
Charlie no pudo ganar esta batalla tan dura, pero se ganó la admiración de millones de personas que defendieron su vida. El próximo cuatro de agosto cumpliría su primer añito y seguro que en el cielo habrá una celebración especial.
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