Querer abaratar costos no siempre implica algo negativo, por el contrario, pueden ocurrir maravillas intentando hacerlo. Sobre todo si se trata de un negocio propio, que requiere ajustar una infinidad de detalles, lo que resulta muy costoso en ocasiones.
El hecho de que no deseemos gastar tanto dinero en bienes y servicios a veces nos lleva a estimular el ingenio e inventar cosas que quedan inclusive mejor que haciendo un gran gasto. El ahorro puede estimular la creatividad, sin duda alguna, y esta historia es prueba de ello.
Por ejemplo, recubrir el piso de un local… Esto es algo que universalmente se asume muy costoso, y lo que resolvió hacer el dueño de este sitio es ahorrarse el intermediario y los materiales para proceder a poner el dinero directamente en el lugar del suelo ¿Qué les parece? En vez de mármol, cemento, madera, porcelana o cerámica, materiales que se compran todos con dinero, él decidió poner el dinero. Es muy ingenioso de su parte.
No estamos hablando de colocar unos cuantos billetes alrededor de la tienda, sino de una inmensa cantidad de peniques (monedas utilizadas en Reino Unido) que sirvan como alternativa funcional ante el resto de los pisos tradicionales. ¡Se ve muy bien! Todo es obra de un joven barbero emprendedor que tiene un local en Birmingham, Reino Unido, quien junto a su personal llevó a cabo esta trabajosa decoración.
Su nombre es Brett Davies, y ahora él y su equipo son famosos por haber usado 70.000 peniques para recubrir el suelo. Esto equivale a 700 libras, es decir, 789 euros. «Lo hicimos nosotros mismos, y por un momento pareció un trabajo eterno. Lo hicimos en un período de seis semanas pero posiblemente invertimos unas doscientas horas en total desempeñando esta labor», comentó Brett.
Este joven emprendedor lleva 26 años en el negocio, tiene varias barberías alrededor de la región y asegura que de las cuatro que hay, la de BS4 con el piso de monedas es la más extravagante y llamativa. Contó que tuvo que hacer viajes a varios bancos en el país para cambiar su efectivo a monedas pequeñas… Recordemos que fueron 70.000, no ha debido ser una tarea nada fácil, pero se reconoce que el resultado es una obra maestra y valió, literalmente, cada centavo.
Muchos en la región se han interesado en el local y su llamativa decoración, de hecho, contaron que mientras lo instalaban las personas se asomaban a ver y preguntar. Ahora van solo a tomar fotos de la «obra maestra», como le llama Brett. Tiene todas las razones para sentirse orgulloso de lo que hizo junto a sus trabajadores, sin duda su ingenio trabajó para lograr algo que, más allá del ahorro, se convirtió en una estrategia de mercadeo.
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