Generalmente, las mujeres que son madres solamente hablan de los atributos de la crianza de sus hijos y de lo gratificante de asumir el rol de ser mamá. Son muy pocas las que se han atrevido a confesar que se sienten arrepentidas de haber traído al mundo a un bebé.
Pero Karla Tenório, sí tuvo la valentía de ser honesta hablando públicamente de sus sentimientos negativos hacia la maternidad.
Ella no quería tener hijos, pero cedió ante el deseo de su pareja, y dice que a pesar de que se preparó para ser madre se sintió igual después de dar a luz. Ahora se ha convertido en embajadora de un movimiento para “madres arrepentidas”.
Karla asegura que la maternidad está erróneamente romantizada por la sociedad y por eso se propuso alzar la voz en nombre de todas las mujeres que, como ella, no disfrutan criar a sus hijos.
“Soy Karla Tenório, tengo 38 años, soy actriz, escritora, tengo una hija de 10 años y soy una madre arrepentida. Transformé mi angustia en un movimiento de apoyo a las mujeres como yo: a las que no les gusta la maternidad”, dijo.
La mujer es de Brasil, y desde que difundió en las redes su opinión, empezó a ser reconocida por miles de personas en las redes sociales.
Un movimiento para madres arrepentidas
Después de difundir su postura, creó el movimiento “Madre Arrepentida”, para apoyar a las madres que no logran ser felices, y que se ven afectadas por la maternidad incluso sintiendo culpa.
“En la psicosis, pierdes la noción del tiempo, te cierras al mundo, te conviertes en un cuidador excesivo.
Llevé, por ejemplo, un cuaderno en el que anotaba cuántos minutos amamantaba a mi hija con cada pecho. Nunca tuve una niñera, dejé de hacer muchas cosas, dejé de aceptar trabajos para ser una excelente madre”, declaró Karla.
Contó que los síntomas del arrepentimiento de ser madre son la frustración, la sensación de que la vida termina, el abandono, la apatía para hacer cualquier actividad o proyecto.
“Tardé 10 años en salir del armario, en asumirme como una madre arrepentida, porque parecía que era la única, pero no es así”, dijo Karla.
A través de su movimiento, quiere luchar contra la construcción social basada en los valores cristianos que establecen que las mujeres sienten un amor sin condiciones por sus hijos, que son semejantes a la Virgen María.
Karla quiere acabar con el concepto de que ser madre implica no poder satisfacer sus necesidades básicas, perder su vida íntima, volcarse en sus hijos, en sus cuidados y en las labores domésticas.
“Odio ser madre y ayudo a otras mujeres a lidiar con este sentimiento”, dijo Katrina.
Ella no está de acuerdo con la idea de percibir a todas las madres como “perfectas”.
Está arrepentida de convertirse en madre aunque lo planificó
“Cuando me casé, no quería ser madre, pero hoy veo que cedí a un deseo que no era mío. Un día, durante un viaje a la India, mientras meditaba en el río Ganges, tuve una visión de que iba a tener un hijo. Después, pasé dos años planeando y preparándome para ello. Lo he deseado, no quedé embarazada por accidente”, relató Karla.
En una entrevista, Karla explicó su experiencia: “La maternidad implica todo un cuidado con la higiene, la formación de un ciudadano, un estudio de psicología para comprender cada fase del desarrollo. Además, requiere el dinero para pagar los gastos de un niño.
Es una bola extremadamente asfixiante estructurada por la sociedad. La maternidad es una empresa de alto riesgo, sin reconocimiento y sin retorno”, dijo Karla.
Confesó que detesta ser madre. “Desde que la cabeza de mi hija salió en el parto quería retroceder el tiempo”.
Karla sufrió un cuadro de psicosis posparto, mucho más grave que la depresión que afecta a muchas madres. La presión que sentía por ser una madre “perfecta” la convirtió en una sobreprotectora excesiva de su hija.
“Mi hija, Flor Inae, es una persona increíble, una historia de éxito, porque es una chica obediente, buena gente, que tiene valores, y la quiero. La verdad es que, por desgracia vengo de una familia muy religiosa y sé que nunca hubiera interrumpido el embarazo en esa época”, agregó Karla.
Durante 10 años, Karla vivió sintiendo arrepentimiento por traer al mundo a su hija, pero sin atreverse a decirlo abiertamente.
La mujer atribuye la aversión a la maternidad en parte a los malos tratos que recibió de parte de su ex pareja.
Dice que odiar la maternidad no la hace dejar de amar a su hija
A pesar de que nunca expresó públicamente su opinión, hace cuatro años conversando con un grupo de mujeres se percató de que no estaba sola y de que es posible odiar la maternidad, pero amar sin condiciones a su hija.
“Soy la titular del cuidado físico de mi hija hasta que pueda valerse por sí misma, pero, para la sociedad, no es solo eso. La madre es la responsable de esa alma hasta el final de la vida, una santa arquetípica, que nos bendice allí donde estemos.
Ya recibí algunas críticas por el movimiento que creé, sobre todo de hombres, que decían que era el único. Mi madre entiende que no somos iguales, me acoge, no me juzga, sabe que soy disruptiva y entiende que mi búsqueda es real, porque ve mi esfuerzo diario por hacer lo mejor para mi hija”, relató Karla.
Quiere ayudar a otras mujeres
La madre creó una cuenta de Instagram llamada “Madre Arrepentida” en la que comparte contenido para representar y acompañar a las mujeres que tienen la misma dificultad.
Pero también, quiere ayudar a aquellas que todavía no tienen hijos a conocer lo que realmente es la maternidad ofreciéndoles una visión más real y menos romántica.
“No solamente quiero decir que soy una madre arrepentida, quiero ofrecer mi dolor para hablar de algo profundo que afecta a muchas personas. En nuestra sociedad, somos hijos y nietos de muchas madres arrepentidas”, dijo Karla.
Agregó que las mujeres deberían sentirse cómodas desahogándose, expresando lo que sienten.
“También pienso en la importancia de advertir a las mujeres que todavía no han tenido hijos, y a las que están pensando en tenerlos, sobre lo que realmente es la maternidad”.
Asimismo, Karla dijo que romantizar la maternidad tiene consecuencias negativas para todos, resaltó que causa ansiedad, tristeza, depresión e incluso daños irreversibles.
“Les ofrezco una invitación a las mujeres para que juntas podamos crear un espacio para la descontrucción de la maternidad obligatoria, acogiendo y acogiendo los dolores, los miedos, las frustraciones y la pluralidad de experiencias”, escribió Karla.
Las declaraciones de esta mujer, actriz y activista han causado polémica, recibe muchos comentarios en las redes de quienes la juzgan por su postura, pero, sobre todo, por el daño que pueda causarle a su hija de apenas 10 años confesando que se arrepiente de tenerla.
Aunque ella resalta que su opinión de la maternidad no tiene nada que ver con el amor que siente por su hija, hay quienes dicen que puede afectarle psicológicamente su movimiento.
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