Oksana Bondarchuck nació en junio de 1989 en Khmelnytskyi (Ucrania). Apenas llegó al mundo los doctores que la recibieron quedaron en shock, ya que faltaba gran parte de sus piernas en el cuerpo de aquella bebé.
Sus manos también estaban deformadas, no tenía pulgares ni uñas. Además de todo, sus riñones sufrieron daños durante el parto.
La causa más probable de sus defectos de nacimiento es el desastre nuclear ocurrido tres años antes en Chernobyl. Los padres de Oksana estaban aterrados con la probabilidad de que la radiación causara estragos en su pequeña criatura.
No se sentían preparados para cuidar de ella, ya que involucraba muchos retos. La dejaron en un orfanato y la pequeña no supo más nada de ellos… ¡Qué lamentable situación!
Durante los siete años que pasó en el orfanato, Oksana hubiese preferido ser olvidada. La pobre fue molestada, pasó hambre, la golpearon y abusaron de ella.
Su vida parecía estar llena de puro sufrimiento. La única cosa que le daba fuerza era la esperanza de poder escapar un día, para ser adoptada en un bonito hogar.
La registraron en el banco nacional de adopciones pero no tenían esperanzas de que la adoptaran. Para sorpresa de todos, llegó una llamada del otro lado del mundo. Gay Masters, un terapeuta de Cincinatti vio la foto de Oksana y supo de inmediato que quería adoptarla.
Oksana tenía cinco años cuando conoció a su futura madre. Debido a las leyes de Ucrania, tomó dos años más para que pudiese ser oficialmente adoptada. Durante ese tiempo en el que vivió llena de miedo, pensando que Gay no regresaría, ella estaba al otro lado del mundo sabiendo que no la dejaría. Se mantuvieron en contacto constantemente.
Gay le salvó la vida a Oksana, que ya tenía casi ocho años cuando finalmente pudo viajar a los Estados Unidos. Sus piernas estaban cada vez más débiles, ya no podía cargar más peso.
Su nueva familia la cuidó lo mejor que pudo. Los médicos pudieron mejorar la forma de sus manos y recomendaron amputar las piernas, de esa forma viviría con prótesis una vida más tranquila. Así lo hicieron.
La riesgosa operación salió muy bien, Oksana rápidamente aprendió a andar con sus prótesis. Pronto pudo correr, patinar y montar bicicleta. Luego descubrió que remar era su pasión y se entrenó muy duro, tanto que logró calificar en el American Paralymic Team.
Junto a su compañero Rob Jones ganó la medalla de bronce en la competencia. Mientras tanto, crecía y continuaba convirtiéndose en una hermosa joven. Poco después de los juegos una revista de deportes se le aproximó para ofrecerle una sesión de fotos desnuda. Las fotografías han dado la vuelta al mundo.
Justo dos años después, cuando cumplió 25 años, continuó con su trayectoria y ganó medallas de plata y bronce esquiando en las Winter Paralympics en Sochi.
El mundo de los deportes no paraba de hablar sobre la agraciada atleta y su maravillosa historia, que inspiró a millones de personas en todas partes.
Oksana nunca dejó que su doloroso comienzo la detuviese. Hoy es considerada una heroína nacional en Ucrania. En el 2015 volvió al país a visitar y darle coraje a los soldados heridos. También pasó por un orfanato para compartir un poco de su tiempo con los niños.
Te invitamos a seguir a Oksana en su Instagram, allí verás más detalles sobre su historia, puedes visitar su perfil aquí.
Es muy difícil imaginarse la pesadilla que vivió antes de que la adoptasen. A penas Gay Masters le dio a esta joven una segunda oportunidad, ella la tomó sin mirar atrás y luchó para dejar que lo malo no se apoderase de su futuro. Seguro continuará su camino y logrará cosas aún más increíbles.
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