Es muy cierto que la seguridad de los bancos contra los fraudes es necesaria, pero ¿qué sucede cuando se aplican medidas erróneamente?
Samantha Smith, una mujer británica de Littleborough, ahorró durante los dos últimos años más de 32.500 dólares para someterse a una neurocirugía y fue víctima de estas medidas de seguridad mal aplicadas que obligaron a suspender su operación.
Samantha padece el síndrome de Ehlers-Danlos (EDS), una afección rara que debilita los tejidos conectivos del cuerpo e impide que el cuello soporte el peso de su cabeza. Esta enfermedad causa mucho dolor y dislocaciones, así como anomalías cardíacas.
Ella fue diagnosticada con el síndrome en el 2017, y desde entonces ha tenido que usar un collarín.
Samantha viajó a Phoenix, Arizona desde Rochdale para ser cumplir con el tratamiento que había planificado desde noviembre y por el cual tanto había ahorrado. Sin embrago, la cirugía de cuello se canceló apenas unas horas antes de la fecha prevista porque el banco bloqueó un pago.
Aunque Samantha había advertido sobre el pago antes de salir del Reino Unido para evitar que esto sucediera, su operación para aliviar la presión y estabilizar su cuello se canceló por tratarse de una «transacción inusual» tal como lo dijo el portavoz del banco.
Esto significa que el hospital canceló mi cirugía porque no pude pagar dentro del límite de tiempo que me dieron”.
Tras varias horas de conversación con el banco para eliminar las restricciones, finalmente quitaron el control de la cuenta, pero Samantha aseguró que la respuesta llegó demasiado tarde y perdió la fecha programada de la operación.
Han levantado el control de la cuenta, pero es demasiado tarde, el hospital ha cancelado el tratamiento. Perdimos la fecha de la cirugía”.
No solo se trata de volver a planificar la operación, ni de los gastos adicionales, sino de hacer vivir de nuevo a sus dos hijos y a su familia toda la angustia previa a la cirugía.
El portavoz del banco afirmó que era su deber y responsabilidad garantizar la protección del dinero y la información de sus clientes.
Ahora hemos establecido contacto con el cliente y estamos ayudando a resolver el problema para que el pago se pueda procesar lo más rápidamente posible».
Aunque Samantha presentó una queja con Barclays, ella dice que puede llevar hasta ocho semanas para que se resuelva.
Les hablé por teléfono durante horas llorando porque había perdido la fecha que tenía meses buscando. No es solo eso, es la carga emocional que tiene cada uno de nosotros”.
Añadió que espera programar una nueva fecha muy pronto y no tener que pagar las pruebas pre-operatorias en la Clínica.
La cirugía es tan complicada que solo ha encontrado tres cirujanos en el mundo que están preparados para realizarla.
Esperamos que pronto Samantha pueda ser operada para mejorar su condición de salud. ¿Qué harías tú si te pasara eso? Comparte y déjanos saber tu opinión.