Cuando hace 39 días Gabriel Cruz, un niño de 8 años, desapareció, sus padres estaban desconsolados. El niño fue visto por última vez el 27 de febrero en Las Hortichuelas, en Níjar, Almería (España) cuando salió a las 15:30 horas de la casa de su abuela, una pedanía almeriense hacia la casa de sus tíos, a unos cien metros, aunque nunca llegó a su destino.
Unas cinco horas después la Guardia Civil activó un dispositivo de búsqueda al que se sumaron unidades especializadas.
Gabriel fue buscado intensamente por 13 días.
Doce días después arrestaron a Ana Julia Quezada, pareja del padre del niño, cuando transportaba el cadáver del pequeño en el maletero de su auto.
Pero este sábado sus padres, Patricia Ramírez y Ángel Cruz han dado una conferencia de prensa en la que intentan dejar cerrado el caso y han asegurado que saber que Gabriel murió “entre una y dos horas” después de que fuera raptado hace “más reconfortante su pérdida, porque no hubo tiempo de que sufriese”.
“Solventa muchas de las dudas que nos atormentaban en los momentos de miedo, de terror que vivimos durante los 13 días de búsqueda y nos hizo pensar que se fue tan feliz como había sido hasta ese momento”, dijo la madre entre lágrimas.
Ángel y Patricia, dijeron estar aliviados porque su niño no sufrió tras su desaparición.
La autopsia reveló que Gabriel falleció una o dos horas después de comer y la causa de muerte fue asfixia.
Acompañados de su letrado Paco Torres y del psicólogo que les está guiando en el tránsito del duelo por su hijo, Patricia y Ángel, han agradecido las muestras de cariño y la ayuda que han recibido, y han expresado su confianza en la justicia para que la asesina de su hijo “no pueda volver a hacer daño a nadie”.