Tener una familia numerosa siempre fue el deseo de Tracy Umezu, pero al pasar por una serie de infortunios comprendió que sus sueños estaban lejos de cumplirse y que sin importar cuántos hijos tuviera lo que realmente deseaba era amarlos, cuidarlos y darles la mejor vida posible.
Tracy junto a su esposo, Junji, se estaban haciendo la idea de conformarse con ser padres de una hija única, Sophie, después de que perdieron a una hija debido a una enfermedad genética en el 2016, su dolor se repitió dos años después, cuando tuvieron otra pérdida debido a una complicación grave durante el embarazo en el 2018.
Ahora cuentan su historia sobre el viaje de adopción que realizaron y que terminó por cambiar sus vidas.
Para Tracy tener un hogar lleno de niños era su mayor deseo.
Charlotte, fue la segunda hija de la familia, nació en el 2014 con SCN2A, una extraña forma de epilepsia. Los padres sabían que la pequeña moriría a los pocos años de su nacimiento, por lo que hicieron lo posible para que Charlotte disfrutara su corta vida, incluso realizaron una “lista de alegría” donde familiares y amigos escribieron algunas ideas que querían que la pequeña experimentara.
En noviembre del 2016, sufrió un terrible ataque ante ello, los Umezus tomaron la decisión más difícil de sus vidas: retirar el soporte vital. La madre comentó al respecto:
“Ella estaba sufriendo más de lo que disfrutaba de la vida. Ningún medicamento estaba funcionando y falleció con bastante rapidez”.
La pareja comenzó un tratamiento de fertilidad, tan solo un año después de la muerte de su segunda hija, los Umezus se enteraron que estaban esperando gemelos. Pero su emoción fue efímera, desafortunadamente, no lograron sobrevivir.
“Los latidos del corazón del segundo bebé se detuvieron después de 10 semanas, pero llevé a Maggie relativamente sin complicaciones. Tras 34 semanas, perdí el conocimiento y me desmayé en el piso de mi casa. Casi no lograba sobrevivir. Tuve un desprendimiento de placenta completo y Maggie murió probablemente instantáneamente”.
La hija mayor de los Umezus, Sophie, junto a su hermanita, Maggie. La pequeña murió en el útero en el 2018.
Debido al todo el proceso que había atravesado en tan poco tiempo, el médico de Umezu le indicó que no volvería a quedar embarazada, una noticia que desconcertó por completo a la pareja. Fue entonces cuando el esposo sugirió la adopción, pero Tracy no estaba lista.
“Tuve que llegar a un punto en el que no definía mi valor por la cantidad de hijos vivos que tenía y sabía que todavía era una buena madre, ya tuviera un hijo vivo o cinco. Llegué a un punto donde, aunque no era la vida con la que había soñado, sabía que había más que podríamos darle a nuestra única hija viva. Sabía que estaba bien si simplemente tenía a Sophie”.
En el 2019, Tracy visitó Israel con la parroquia de su iglesia, durante el viaje pensó en la idea que le había planteado su esposo.
Finalmente, comenzaron el proceso de adopción aún y cuando no tuvieran el mejor resultado.
“Sentí que me decían que la adopción era para nosotros. Llegué a casa sabiendo que quería adoptar, pero pensando que si funcionaba sería un viaje increíble y si no funcionaba estaría bien. Me decepcionaría pero estaría bien”. Comentó Tracy.
Tracy y su esposo avanzaron en el proceso de adopción, en noviembre del 2020, durante la semana de aniversario de la muerte de Charlotte, les dieron las aprobaciones finales. En febrero del 2021 recibieron la llamada que tanto estaban esperando, había un bebé de dos días de nacido en una UCIN de Florida que necesitaba una familia adoptiva.
La pareja habló por teléfono con madre biológica del niño quien les pidió que le mantuvieran el nombre, increíblemente el nombre de pila es el mismo que la pareja había tenido en mente para un niño, Jacob Benjamín.
Finalmente, viajaron a Florida y regresaron a casa con un pequeño angelito que sin duda, llegó a sus vidas para llenarlos de amor, de infinita alegría.
“Es imposible describir, es un regalo que, debido a que hemos pasado por tanto, apreciamos aún más. Saber que la vida puede resultar típica, normal y saludable es tan asombroso para nosotros después de todo lo que hemos pasado. Mirarlo y saber que tiene un cerebro sano, pulmones que respiran y un corazón que late es un milagro para nosotros. Es una alegría abrumadora”.
Hay situaciones que son difíciles de comprender, aún más cuando el dolor es inevitable. Sin embargo, después de un largo proceso de aceptación, liberación y perdón podemos comprender que la vida siempre nos premia aunque tardemos en reconocer sus bendiciones.
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