La explotación laboral no es una realidad minoritaria y marginal. Abarca una generalidad de características que, más allá del mal salario y precarias condiciones de trabajo obvias, implica una serie de aspectos sociales, económicos, morales, físicos y mentales que afectan a las personas, sin que el victimario (la persona o empresa empleadora), en la mayoría de los casos responda por los daños que pudiera causar.
No importa si se está sirviendo en un barco de pesca para pagar una deuda, siendo sometido a un matrimonio a la fuerza, detenido contra su voluntad como empleado doméstico, o si simplemente se trabaja en una panadería.
Si el vínculo que debe establecerse dentro del marco de la legalidad y del respeto entre empleado y empleador se quiebra, se produce una explotación laboral.
El pan es fresco, hecho todos los días, publicitaban en la panadería
En España, los vecinos de Pontevedra, en Galicia, se enorgullecen de la excelencia de su panadería Abelleira, propiedad de los hermanos Benigno y Tomás Abelleira, cuya publicidad “el pan nuestro de cada día” ha hecho durante años las delicias de los residentes.
Lo que nadie sabía es que detrás del pan recién hecho se escondía una insólita explotación laboral.
El pasado 6 de mayo, los hermanos Abelleira, propietarios del lugar, fueron condenados a seis meses de prisión por obligar a sus empleados, 14 en total, a trabajar 363 días al año, con solo dos días libres, el Día de Navidad y el día de Año Nuevo, hecho que se estaría suscitando al menos desde el año 2013 hasta el 2017.
Los habitantes de la ciudad se enorgullecen de conocer el pan que venden ahí
La panadería Abelleira incumplió el convenio del sector de panaderías de la provincia de Pontevedra, según el cual sus empleados solo deben trabajar 40 horas a la semana, con extras que no superen las 48 y siempre pagadas.
Domingos y días festivos se trabajarán voluntariamente y cobrando un 20% por encima del salario normal.
Derecho a tres pagas extraordinarias y a librar obligatoriamente los días 25 de diciembre, 1 de enero, 1 de mayo y el día del Patrón, así como 31 días de vacaciones cada año.
Además de esto, los Abelleira tampoco cotizaron a la Seguridad Social por esas horas extras de más de 200 sábados y 250 domingos, por lo que deberán devolver al Estado la cantidad de 238.734 euros.
Paradójicamente, Benigno, el octogenario acusado y uno de los dueños de la panadería es un hombre muy respetado en Pontevedra. Fue incluso nombrado concejal de la localidad.
“Abrimos siempre, de lunes a domingo, pero descansa la gente, descansa, y si alguno no descansa, cobraba. Hoy en día quedan inválidos pero no parcos…”, responde a las acusaciones el propio Benigno Abelleira.
Los trabajadores de esta panadería, una de las más antiguas y reconocidas de España, por cierto, se veían obligados a soportar estas abusivas condiciones laborales por el temor a perder su puesto de trabajo.
Sin embargo, ninguno de los 14 afectados ha denunciado personalmente en el proceso judicial que comenzó en 2017, cuando se detectaron las primeras irregularidades laborales.
La corte finalmente sentenció a tres meses de cárcel a cada uno de los hermanos Abelleira por un delito contra los derechos de los trabajadores y otros tres meses y una multa de 29.905 euros por un delito de defraudación a la Seguridad Social.
“Son 40 millones de las antiguas pesetas en total”, dice Benigno, quien no responde a si ha regularizado las condiciones de sus empleados.
Comparte este caso con tus amigos y seres queridos, exige tus derechos siendo consciente de que estos terminan cuando comienzan los de los demás.