El pasado miércoles, el Mundial de natación vivió un dramático incidente que pasará a la historia. El gran susto tras el rescate de la nadadora Anita Álvarez, después de que se desmayara en la final de solo libre, que se celebró en Budapest.
Fue su entrenadora, la española Andrea Fuentes, su ángel y salvadora, quien tras percatarse de lo que le sucedía, advirtió a los socorristas. Al ver que estos no reaccionaban y estaban paralizados, se lanzó al agua a salvar a su pupila.
Ahora han trascendido los detalles del paso a paso de cómo sucedió el impactante rescate, que le tomó menos de un minuto a la entrenadora, gracias a su rápida reacción y a su preparación profesional.
Anita Álvarez comenzó su ejercicio durante una prueba en el Mundial de natación dándolo todo
Al finalizar el ejercicio, Anita pierde el conocimiento y poco a poco comienza a hundirse hasta el fondo de la piscina olímpica, de 2,7 metros de profundidad.
Afortunadamente, su entrenadora cumplió con su misión a carta cabal sin perderla de vista, por lo que al percatarse de que se hundía más y más, supo que algo no marchaba bien.
Anita colapsó hasta el fondo de la piscina sin que los socorristas se dieran cuenta de la gravedad del percance
Por unos cuantos segundos, se respiró un ambiente realmente tenso entre el personal, al ver que la entrenadora se lanzó sin saber si lo lograría.
La rápida reacción de Andrea fue clave, pero su maniobra pudo haber sido más sencilla si no se hubiera encontrado con tantas dificultades.
La entrenadora desde la otra punta, a 50 metros de distancia, gritaba a los socorristas para que se tiraran ya
Tanto los técnicos como los jueces también pudieron observar su llamado de alerta, pero ella seguía sin comprender por qué ninguno de los 70 socorristas respondían ante la emergencia de vida o muerte.
Después trascendió en un comunicado de la Federación Internacional de Natación (FINA), que los socorristas solo pueden actuar tras una autorización de los árbitros, señal que no recibieron, y pegados a la normativa, no respondieron hasta que vieron saltar a la entrenadora. Han prometido revisar el reglamento para evitar tragedias futuras.
Andrea Fuentes reacciona sin dudarlo al ver que los socorristas no se lanzaban al agua y salta a la piscina vestida de calle
La entrenadora, que también es ex nadadora olímpica, bracea a toda velocidad los 2,7 metros de profundidad y llega a Anita en apenas unos segundos.
«Hice la apnea más rápida de mi vida», confesó en una entrevista.
Aquí puedes ver la secuencia del rescate que impacta a tantos:
Cuando por fin un socorrista decide intervenir, tiene que lanzarse desde el otro lado de la piscina, ya que los laterales del recinto están ocupados por las cámaras de televisión y todo su material. Pero, cuando llega, Fuentes ya ha sacado a la nadadora a la superficie.
Una vez que el socorrista llega hasta la entrenadora, en 25 segundos consiguen llevar a Anita Álvarez hasta el bordillo y sacarla del agua
Sin embargo, Anita Álvarez aún no respiraba y su entrenadora se esfuerza en abrirle la mandíbula y mantener su cabeza de lado, mientras el socorrista se la coloca boca arriba.
La entrenadora confesó que el socorrista llega incluso a entorpecer la maniobra tanto, que no sólo hizo lo que no estaba indicado, sino que además ni siquiera sabía nadar muy bien y tuvo que cargar con él.
Los sanitarios que esperaban al borde de la piscina, volvieron a colocar a Anita boca arriba. Al respecto, Andrea explicó: «Yo he estudiado y hay que ponerla de manera lateral para que no trague agua y pueda empezar a respirar».
Después de dos eternos minutos, según relató Andrea Fuentes, la nadadora expulsó el agua y volvió a respirar. Incluso tuvo que darle bofetadas para que lo hiciera.
Pero todo había valido la pena, le había salvado la vida.
Cada decisión tomada por la entrenadora fue decisiva para este exitoso final a pesar de tanta normativa inútil que no hizo más que entorpecer las cosas. Enhorabuena a esta heroína por su temple, profesionalidad y entrega.