La pubertad puede ser una etapa vergonzosa para algunos jóvenes. Al llegar a cierta edad los cambios físicos se hacen evidentes y muchos tratar de minimizarlos. Hay un hombre en Santa Mónica, California, que empezó a experimentar su pubertad desde su nacimiento, a los dos años ya tenía su primer vello púbico.
Patrick Burleigh, de 34 años, nació con una extraña enfermedad llamada testotoxicosis. Debido a una mutación genética, a muy corta edad sus testículos ya estaban listos para entrar en la pubertad.
El actor y guionista relata que a los dos años ya tenía su primer vello, así que en principio este hecho le parecía normal o no estaba consciente de que hubiera algo diferente en él. Sin embargo, sus problemas se agudizaron cuando entró en la escuela.
Con sólo tres años, Patrick tenía la estatura y el peso de un niño promedio de siete años. Además, su nivel de testosterona era de un niño de 13 años. El vello facial y las espinillas también comenzaron a aparecer cuando sólo tenía 3 años.
Esta situación causó la incomodidad de algunas personas que viendo que tenía la apariencia de un niño mayor no podían comprender que se comportara como un bebé.
Patrick Burleigh a los 3 años de edad.
En ocasiones la madre de Patrick tenía que explicar su condición a los maestros para que por favor disculparan al menor si tenía algún tipo de arrebato en clases. Incluso, tenía problemas frecuentes con algunas extrañas por llevar al niño al baño de damas, siendo un «niño grande» que podría usar el baño para caballeros. En esos casos, la madre debía armarse de paciencia y explicar que su hijo sólo tenía 3 años.
Todos los hombres de la línea familiar paterna de Patrick habían sufrido de esta enfermedad, pero ninguno había recibido tratamiento. Los abuelos de Patrick habían adelantado al padre algunos grados, haciendo creer a la escuela que tenía más edad. Un engaño fácil de hacer, gracias a su apariencia física.
Un amigo de la familia, supo de unas investigaciones realizadas por una institución de salud sobre esta enfermedad y le comentó a la madre del Sr. Burleigh. En ese momento, decidieron ponerse en contacto con los investigadores y posteriormente viajaron a Maryland para someterse a algunos estudios.
El Sr. Burleigh a los 2 años
Durante 12 años, Patrick estuvo recibiendo diversos medicamentos, entre ellos probaron con espironolactona para ver los efectos que la testosterona estaba teniendo en su cuerpo. Durante este tiempo, Patrick tomó hasta 12 pastillas diarias y recibió inyecciones cada noche.
No obstante, su acelerado crecimiento no se pudo controlar. Muchos de los hombres que experimentan una pubertad precoz crecen 1,52 metros, pero Patrick alcanzó a medir 1,82 metros de altura.
La infancia y adolescencia de este hombre estuvo envuelta en diversos traumas debido al acoso que recibía por su apariencia. Además, cuando tuvo mayor edad se convirtió en un chico problema que escapaba de casa y fumaba.
En su hogar recibió una educación estricta de parte de su padre. Patrick no comprendía la razón por la cual no se solidarizaba con él a pesar de que ambos sufrían la misma condición.
“Cuando fui molestado o acosado o excluido, me enojé. Era grande, era fuerte y podía golpear más fuerte que la mayoría de los niños de 6 años. Así que eso es lo que hice: le daba un puñetazo a la gente que me provocaba, y lo hacían muy fácilmente”, recuerda el Sr. Burleigh.
El joven había escuchado historias sobre cómo sus antepasados hacían cosas arriesgadas aprovechándose de su apariencia.
Su abuelo escapó de casa y solía meterse a robar una plantación cuando sólo tenía 11 años, su bisabuelo luchó en la Segunda Guerra Mundial fingiendo tener 21 años, siendo sólo un chico de 14.
Estas anécdotas alimentaban aún más su rebeldía. Patrick reconoce haber sido un verdadero problema para sus padres, fue expulsado de su escuela pública y enviado a una academia militar en la cual también presentó problemas de conducta y terminó siendo expulsado. Durante esos años cometió delitos menores como hurto y daños a los bienes públicos, además de verse involucrado en problemas de alcoholismo y drogas.
En el momento en que los doctores le recetaron un medicamento contra el cáncer llamado testolactona, los padres vieron algunos cambios en su conducta. A partir de los 14, cuando fue readmitido en el distrito escolar, Patrick comenzó a rectificar algunos de sus errores.
A pesar de ser mucho más grande que sus compañeros, ahora estos también atravesaban por la pubertad y los cambios físicos eran compartidos. Arrepentido por su pasado, el joven comenzó a rectificar sus errores.
«Lo más importante, después de más de una década, la pubertad finalmente terminó conmigo. La montaña rusa hormonal se niveló. Me tranquilicé. Pude ver más allá del momento inmediato. De hecho, por primera vez, pude ver mi futuro”, confesó Patrick.
Patrick Burleigh fue admitido en la Universidad de Dartmouth y posteriormente realizó un posgrado en Irlanda, donde conoció a su esposa Meredith, una ginecóloga especialista en infertilidad.
El tema de los hijos fue un poco angustioso para la pareja. Patrick tenía el temor de que heredaran su rara enfermedad. Sin embargo en el 2014, después de dos años de intentar concebir, la pareja se sometió a una inseminación in vitro.
Aunque hubo la posibilidad de hacer una prueba al feto para saber si venía con la enfermedad del padre, este se negó. De forma contradictoria, Patrick prefirió no hacer el examen hasta el nacimiento del pequeño.
En el 2015 nació su pequeño hijo Ned. Ahora, Patrick mira con aterrorizado su pasado y ha decidido contar su historia para educar a las personas sobre esta extraña enfermedad y también para ser un ejemplo de cambio para aquellos que la padecen.
Sólo uno de cada medio millón de hombres es diagnosticado con esta extraña enfermedad cada año.
La historia de Patrick muestra un rudo episodio de su vida, marcado por el estigma social hacia las diferencias. Comparte su historia y ayuda a educar al respecto.