En ocasiones ocurren acontecimientos que nos dejan sin palabras y sin argumentos que puedan explicarlos de manera lógica. Muchas personas se niegan a creer en los milagros, sin embargo, hay muchos sucesos que no se pueden catalogar de ninguna otra forma, al menos hasta que la ciencia logre resolver estos misterios.
Esto fue lo que sucedió hace unos días en San Francisco, Estados Unidos, cuando un pastor llamado Paul Wood estaba a punto de entrar a cirugía, para que le extirparan un tumor cerebral maligno que amenazaba con causarle la muerte, y este desapareció repentinamente.
«Tenía dolores de cabeza constantes y no podía caminar por los pasillos sin aferrarme a las paredes», dijo el hombre.
Inicialmente, los médicos sospechaban que Wood tenía una hemorragia cerebral pero, después de realizar un análisis minucioso, se determinó que en realidad tenía un tumor.
El hombre sufría fuertes dolores de cabeza que le impedían realizar sus actividades cotidianas y esperaba que con la cirugía pudiera recuperar su vida normal. Fue entonces que Paul acudió con un neurocirujano para concertar los últimos detalles de la intervención quirúrgica y los dos quedaron anonadados cuando, al realizar una radiografía, no encontraron rastro alguno del tumor.
Desde el momento en que fue encontrado el tumor maligno de Paul, él se volcó en su fe para suplicar que lograra salir con bien de la cirugía y también pidió a todos sus amigos que se unieran a sus oraciones a través de su cuenta de Facebook.