El diagnóstico correcto y a tiempo de las enfermedades es determinante en los resultados del tratamiento.
Bethany Greenway, una ex-fotógrafa de 39 años atribuyó los síntomas del cáncer a los cambios hormonales que estaba presentando durante el embarazo de su segunda hija en el 2014.
Todo comenzó con un punto oscuro que apareció en su frente. Esto llamó su atención y visitó al médico, quien no lo consideró grave, lo atribuyó al funcionamiento del hígado, sin mayor consecuencia.
Ella pensó que era gracias a los cambios hormonales por el embarazo. Los 18 meses siguientes no presentó otros síntomas extraños.
Cuando su hija estaba cerca de cumplir los 2 años se percató que ese punto se había convertido en un lunar. Pero realmente su preocupación cobró importancia cuando comenzó a sentir dolor en esa misma área.
Sin dudar e inmediatamente buscó ayuda médica. Visitó a un dermatólogo,quien tomó la muestra para la biopsia, cuyo resultado arrojó el diagnóstico de un melanoma desmoplásico, una forma agresiva y extraña de cáncer en la piel.
No es fácil aceptar este tipo de diagnóstico, sin embargo, reconoció que sabía sobre la posibilidad de padecer esta enfermedad por los antecedentes en su familia. Su madre a su edad también tenía cáncer de piel.
Ha sido un camino muy difícil de recorrer, pero siente que todo valió la pena, quiere ver crecer a sus hijas.
Bethany comenta que perdió masa muscular en la mitad de su frente, así como también su ceja izquierda. Este cáncer es muy raro y agresivo, normalmente aparece en hombres cuando tienen 60 años aproximadamente. Es extraño que una mujer en edad temprana lo padezca.
Bethany se sometió a una cirugía para eliminar el lunar y hacer un injerto de piel de su muslo. Los cirujanos encontraron que el cáncer se había extendido al hueso y a su ganglio linfático.
En octubre del 2016 inició la inmunoterapia y comenzó 30 series de radiación durante 6 semanas en marzo.
Bethany comenta que la peor parte de todo este viaje ha sido la radiación, tanto así que la calificó como un infierno. Los síntomas fueron horribles, frío terrible en el interior de su boca, su garganta quedaba extremadamente adolorida.
Su piel se cubrió de llagas, perdió su capacidad para sentir el sabor de las comidas, su voz se tornó ronca y pasada 3 semanas su cabello se comenzó a caer.
Comer se volvió para ella algo miserable y al final del tratamiento perdió 18 kilos. La radiación dañó permanentemente la glándula de la saliva y alteró el crecimiento de su cabello.
Toda esta travesía la ha dejado plasmada en un diario fotográfico que poco a poco actualizó. Se ha asociado a The Shade Project, una organización local sin fines de lucro con la intención de ayudar a crear conciencia en el uso de las medias preventivas de esta enfermedad para evitar que otros pasen por esto.
Bethany, se preocupa ahora por usar protector solar y anima a otras personas a usarlo.
Ella será sometida a una cirugía reconstructiva a finales de este año para minimizar la cicatriz circular que está en su frente. Mientras eso ocurre la cubre con maquillaje y celebra junto a sus hijas haber superado esta enfermedad. Agradece esta nueva oportunidad de vivir y de ayudar a otros.
Su esfuerzo y su trabajo son gratificados cuando sus fotos y su historia son fuente de motivación para que las personas usen el protector solar, visiten al dermatólogo y cuiden mejor su piel.
Es muy importante el uso de protector solar como medida preventiva y acudir a un médico si existe cualquier cambio de pigmentación extraña en la piel, así como la aparición repentina de lunares.
Compartir la historia de esta valiente mujer también es una forma de ayudar a todos a prevenir.