Emily Bailey es una joven de 34 años que pasó por un error de diagnóstico que casi le cuesta la vida, ella comenzó a sufrir extraños síntomas. Al principio decidió no darles mucha importancia pero como los problemas continuaban, acudió a un médico.
Allí pensaron que la única explicación para sus dolores de cabeza y sus episodios de visión borrosa era que se trataba de ataques de ansiedad.
Emily comenzó a presentar problemas con 20 años.
Desde entonces, le recetaron una serie de medicamentos antidepresivos. Lamentablemente, con el paso del tiempo los síntomas sólo empeoraron. Emily llegó a sentir un fuerte dolor de oído y en ocasiones perdía el equilibrio.
“También comencé a perder el gusto y casi siempre sentía un hormigueo en el lado izquierdo de la lengua”, explicó Emily.
Las cosas llegaron a un punto grave cuando Emily estaba trotando con un grupo de deportistas. De pronto, el recorrido se vio bruscamente interrumpido cuando la joven perdió el equilibrio y se hirió al caer sobre una pared.
Emily vive en la ciudad de Oundle en Inglaterra.
Sus compañeros tuvieron que ayudarla y llevarla hasta el final de la carrera, era una clara señal de que algo andaba realmente mal. Fue entonces cuando la joven decidió acudir a una clínica privada para someterse a todos los exámenes necesarios.
“Caminaba como si estuviese completamente ebria. Era muy extraño”, recuerda Emily.
Los médicos encontraron un tumor de 4 centímetros que estaba presionado el nervio encargado de conectar el oído interno con el cerebro. Era un tumor que crecía lentamente y calculaban que Emily lo había estado padeciendo desde hace más de 12 años.
Dos de cada 100 mil personas en el Reino Unidos son diagnosticadas con el neuroma acústico que sufrió Emily.
Todo parecía tener sentido y explicaba claramente que los síntomas de la joven no eran ataques de ansiedad. Sin embargo, había que actuar cuanto antes para evitar que su oído y su equilibrio sufriesen más daño.
“Fue un diagnóstico aterrador pero me sentí aliviada. Mis síntomas eran reales. Ahora podía hacer algo al respecto”, dijo Emily.
Finalmente, Emily fue sometida a la operación que tanto necesitaba. Los médicos lograron extraer la gran mayoría del tumor. Ahora, está en el proceso de ir dejando sus viejos medicamentos contra la depresión y en tan solo un par de semanas podrá regresar a trotar.
“No culpo a nadie de que no lo hayan encontrado antes pero quiero que mi historia anime a que todos escuchen sus cuerpos y presionen a los médicos cuando saben que algo no está bien”, recomendó Emily.
Durante años, la joven tuvo que sufrir los estragos de síntomas muy incómodos y ahora quiere invitar a todos a confiar en su cuerpo y en su intuición.
Es un verdadero alivio saber que después de tantos años Emily consiguió la ayuda que tanto necesitaba. No te vayas sin compartir su historia para dar a conocer su valioso mensaje.