Algunos animales sin hogar se vuelven parte del ambiente de ciertos lugares y es por ello que los vecinos llegan a quererlos, tal como pasa con un perrito en Corea del Sur que se ha hecho todo un ícono en una estación de autobuses.
El animal bautizado como Bal Bal vive a la espera de su madre humana que sale desde temprano a hacer diligencias y que para él significa el centro de su vida
Quédate a conocer la historia de este perrito fiel.
Bal Bal es un visitante común en una estación coreana de autobuses y para él su lealtad está antes que cualquier otro compromiso. Llueva, truene o relampaguee, las personas que acuden a la estación ven siempre al perrito que espera atento la llegada de su dueña.
El día del peludo transcurre en levantar su cabeza y emocionarse en vano cada vez que un nuevo autobús parquea en el lugar.
Él piensa que en cualquiera de los vehículos puede llegar su mamá.
La historia salió a la luz, después de que un medio local compartiera un vídeo del caso en Youtube. De inmediato el carismático perrito se ganó la admiración de muchos.
Algunos usuarios se mostraron preocupados por la zozobra que pasa el peludo durante la espera, pero hay que acotar que la historia de amistad detrás de esos ojitos es muy conmovedora.
Bal Bal tiene mucho que agradecerle a la mujer y como un perrito fiel procura su cuidado.
Este pequeño fue auxiliado por la anciana después de sufrir un accidente en la calle. La persona que lo impactó no se detuvo y lo dejó allí lesionado y con mucho dolor, pero la samaritana lo vio y no pudo evitar seguir de largo.
Ella lo rescató y curó en su propia casa, desde entonces el animalito ha estado a su lado.
Con el pasar de los años ese lazo que los une se ha hecho mucho más fuerte.
El perrito es un can protector y consentido al que no le gusta quedarse solo pero, dado que viven en un pueblo apartado, la mujer tiene que utilizar el trasporte público para trasladarse a la ciudad y hacer las compras y demás diligencias.
Sea una salida breve o le lleve todo el día, el perrito Bal Bal estará en la estación esperando por ella.
En la grabación se ve al perrito solito mientras cruza la calle, pero todo lo hace con una naturalidad que denota lo acostumbrado que está a esa rutina. Este aspecto también preocupa a las personas, por eso entre los mismos vecinos se ocupan de mirar al peludo para que nada le pase.
Después de su espera y un semblante desesperanzado, el perrito se anima cuando ve por fin llegar a su madre. El can agita su cola como símbolo de emoción. No puede contener su alegría y la abuela también parece contenta por verlo.
Es un momento de felicidad para ambos y una situación que se repite cada día que ella necesita salir de casa.
Esta abuelita vive sola, Bal Bal es su única compañía y aunque ha intentado obligarlo a esperarla en casa el can se desespera.
A ella tampoco le agrada la idea de tener que encerrarlo, así que en una ocasión hizo una especie de corral en su patio pues pensó que al menos estaría al aire libre, pero el asunto fue en vano.
Este travieso perrito burló la guarida construida por su mamá y se escapó a la estación.
Estamos hablando de una persona mayor que apenas tiene fuerzas para defenderse, así que el perrito le gana en cuanto a energía y quizás por esa misma razón es que Bal Bal siente la necesidad de protegerla.
De algún modo se han hecho en el único compañero el uno del otro, así que lo más probable es que el ritual se repita por muchos años más.
Nos encantan las historias de amistad como esta, sin duda este perrito es el compañero más fiel que la anciana pudiese tener y ella también lo ama y mucho.