Peter Davies es un veterano de guerra y durante años ha llevado una vida admirable. Sirvió al ejercito británico y tuvo un matrimonio feliz que duró 63 años.
Sin embargo a la edad de 3 años se vio obligado a mantener un secreto, pues sabía muy bien que en aquella época confesar le hubiera costado la vida. Desde los 3 años él se sentía y se consideraba una mujer, pero decidió callarlo.
Ahora tiene 90 años, su esposa ha fallecido y ha elegido hacer frente a ese secreto guardado durante tanto tiempo, iniciando como él mismo dice: «una nueva vida». Se ha declarado transgénero y ha iniciado un tratamiento con hormonas femeninas.
El año pasado le contó a su médico esta gran verdad y a partir de entonces se han cambiado sus registros médicos a los de una mujer. Además ha iniciado un tratamiento vigilado por sus médicos y ahora su nombre es Patricia Davies.
Siempre tuvo miedo a la reacción de la gente, a que fuera empleado en la terapia de electro shock, de que fuera rechazado e incluso durante la guerra de que hubieran podido matarlo. Vivió una mentira toda su vida. Antes de que muriera su esposa, en el 1987, Patricia le reveló su secreto y ella le apoyó en todo momento, incluso le compró algunas joyas y vestidos que pudiera usar en secreto.
Sin embargo el rechazo y abusos por parte de otras las personas, le obligaron a permanecer como Peter durante muchos años más. «Me siento como si hubiera levantado un enorme peso de mis hombros, estaba viviendo una mentira…»
«Estuve guardando silencio durante años, pero ahora he comenzado lentamente a decirlo a algunos de mis vecinos. Todo el mundo dijo «no se preocupe, siempre y cuando sea feliz»
«Se que soy transexual desde que tenía tres años de edad. Conocí a una chica que se llama Patricia y decidí que quería ser conocido por ese nombre»
«A partir de la edad de cuatro años yo quería jugar con los juguetes de las niñas, no quería los soldados de juguete. Yo quería una tabla de planchar». «Mi madre parecía apoyarme, fuimos a ver Peter Pan y le dije que quería ser un hada. Ella me hizo una varita y nunca dijo que era extraño.»
«Siempre me he sentido atraído por las mujeres, pero no de una manera sexual. No soy gay. Mi atracción por las mujeres era que quería ser como ellas. Me hubiera gustado ser como las pin-ups.»
«La atmósfera entorno a ser transgénero no era segura. La gente no entendía lo que era ser transexual. En realidad, incluso la profesión médica no lo entendía, creían que se requería «un tratamiento de choque eléctrico». Ellos pensaron que se podía mejorar, no se daban cuenta de que es algo que no se puede curar porque no es una enfermedad.»
«A causa de la hostilidad general de las personas, no dije nada. No fue hasta hace poco que me sentí segura para salir, sentí un deseo abrumador que quería liberarse. Por eso lo he hecho y no me he arrepentido de ello»
«Ser transgénero no se conocía realmente en esos días. Hubiera sido clasificado como homosexual, lo que me habría causado problemas en el ejército. Habría terminado en la cárcel. Pero en general estaba bien y me siento muy orgulloso de haber servido durante la guerra después de haber hecho el servicio militar, en particular durante el trabajo en Palestina.»
«Yo tenía 60 años cuando se lo confesé a mi esposa, ella era muy buena y me ayudó, estuvimos de acuerdo en mantenerlo en secreto. Ella me compraba joyas y me llamaba Patricia. Lo guardé un secreto completo.«La primera vez que le mostré a mi esposa que usaba zapatos femeninos, algunos adolescentes me vieron y comenzaron a injuriarnos tirando huevos a mis ventanas. Lo hicieron tanto que tuve que involucrar a la policía.»
Patricia se ha convertido en un miembro de la Sociedad de Beaumont, un grupo de apoyo para la comunidad trans, y se ha unido al Instituto de la Mujer. «Socializo con ellos y tengo charlas, estoy pasando por un gran momento. Tengo una nueva oportunidad de vida»
«Ya no recibo insultos ni nada por el estilo. Me han recibido muy bien en la sociedad. Creo que todas las personas deberían tener más información acerca de esto.»
Nunca es tarde para mostrarnos como realmente nos sentimos, pero lamentablemente no todos son bien vistos en la sociedad y a pesar de que es un acto inofensivo, el no tener información sobre este tema ocasiona que muchos juzguen erróneamente a las personas.
Ya es tiempo de romper paradigmas y abrir la mente, comparte si estás de acuerdo.