La fe siempre será uno de los más grandes misterios del hombre. Esa fuerza de creer en Dios parece mantener a más de uno de pie frente a las más duras adversidades y es allí donde parece ocurrir los verdaderos milagros. Tal como el que ha protagonizado un reverendo de Virginia que recuperó la vista, después de más de 14 años de ceguera.
El reverendo Philip Dunn, de Valley Christian Assembly recibió el diagnóstico de degeneración macular cuando tenía 46 años. El hombre había empezado a ver borroso y asistió a consulta con un especialista, quien le dijo que paulatinamente iría perdiendo su vista.
Dunn comenzó a ver puntos negros, debía aumentar el tamaño de la fuente en su computadora para poder leer. Por ello dejó de conducir y preparar sus sermones, pues se le hacía cada día más difícil. Sin embargo, el reverendo decidió confiar y, a pesar del desvanecimiento de su vista, continuó predicando.
Finalmente un domingo mientras estaba en el podio listo para predicar, el reverendo tomó sus notas y no pudo descifrarlas. El hombre había perdido la vista, su proceso degenerativo no fue tan lento como había asegurado el doctor
Esto ocurrió 9 años después de haber empezado su ministerio pastoral, el cual lleva ejerciendo hace casi 24 años. Pero a pesar de no poder ver, el reverendo no abandonó su misión y se hizo de una Biblia electrónica para poder escuchar la palabra y preparar sus sermones.
Con 60 años, la invidencia nunca fue motivo para renunciar sino que se convirtió en la fuerza para dar testimonio del amor a Dios. El reverendo Dunn asiste a una prisión de alta seguridad y ha llevado la palabra de Dios a los prisioneros por casi 7 años. También forma parte del Centro de Invidentes de la Assemblies of God, la Iglesia a la que asiste.
«Las cosas que el Señor me ha enseñado en la oscuridad, no podría haberlas aprendido en la luz», dice Dunn.
El agosto del 2018 una complicación más se unió al problema de vista del reverendo. Dunn padecía de fuertes dolores de cabeza y en su ojo izquierdo, a causa de sus cataratas. Una de ellas se había roto y requería una cirugía para removerla y evitar que provocase un daño mayor en su nervio óptico.
Sin embargo, la cirugía también implicaba cierto riesgo por tratarse de un procedimiento complicado. Por este motivo, el reverendo se dedicó a orar antes de su operación. Dunn se mantuvo en el templo desde el día domingo hasta el miércoles pidiendo por su sanación pero no obtuvo respuesta.
Contrariamente, el dolor había aumentado. La operación estaba programada para el jueves en la mañana y muy temprano el hombre entró a quirófano. Por fortuna todo había salido bien y la catarata había sido removida sin complicaciones.
Dunn regreso a su casa y un día por la noche sintió la necesidad de retirarse el parche que cubría su ojo. Fue allí donde vio la respuesta a sus oraciones: el reverendo pudo ver la sala de su casa y el rostro de su mujer que no había visto durante casi 15 años.
La familia estaba feliz y con su fe en aumento por el milagro que habían presenciado. Dos semanas después el hombre se sometió a otra cirugía, en esta ocasión para remover las cataratas de su ojo derecho. Enigmáticamente, allí también recuperó la visión y los médicos no encontraban más razón que atribuírselo a un milagro.
“Los doctores hicieron lo que pudieron. Dios hizo lo que no pudieron”, dijo Sarah, hija mayor del reverendo.
Ahora, este hombre que no había visto en años ha podido admirar el rostro de su familia y conocer la apariencia de sus nietos. La visión del reverendo Dunn es de 20/30 en su ojo derecho y 20/60 en su ojo izquierdo.
Algo que simplemente no ha podido explicar la medicina pero sí la fe. Hoy más que nunca este hombre está dispuesto a compartir su experiencia y testimonio.
Antes de irte comparte este esperanzador y enigmático caso. Hagamos posible que la historia de este hombre ayude a llevar esperanza a quienes como él tengan una gran necesidad de recuperarse.