El drama de esta abuela, llamada Dolores, de 77 años, ha emocionado a muchas personas que se conmueven con la triste situación que sufre. Dolores vive desde hace más de cuatro décadas en un piso en Carabanchel, en Madrid, España.
El próximo 30 de septiembre tendría que abandonar la vivienda de acuerdo con una orden judicial que recibió. Ella reside en el domicilio con su nieto Edgar, hace varios años contrajo una deuda de 506 euros que terminó pagando, en esa época tuvo problemas económicos que le impidieron cumplir con el compromiso de pagar el consumo del agua y la comunidad.
Aunque Dolores no tiene deudas con el pago del alquiler, los propietarios de la vivienda reclaman el inmueble.
La única opción que le ofrecen es trasladarla a una residencia de mayores y llevar a su nieto a un albergue. Pero Dolores se opone, asegura que no irá a ninguna parte sin su nieto, a quien ha criado desde que era muy pequeño.
Muy conmovida, Dolores dijo: “Nos desahucian y los servicios sociales nos quieren separar”.
“Me voy a la calle por la ley, qué remedio”, dijo Dolores en una entrevista que le hicieron en un medio de comunicación local.
Dolores asegura que nunca ha dejado de pagar el alquiler de la vivienda que habita con su nieto y que la deuda del agua y la comunidad que contrajo ya fue pagada por un monto de 506 euros.
Barbara de la Maza, abogada de la abuela, dijo: “Lo que había pagado se asemejaba a la renta del alquiler y por ello se rescinde el contrato. La deuda era del agua y de la comunidad. Ahora esperamos que los servicios sociales del ayuntamiento nos ayuden y se marche a la calle a vivir”.
Edgar, el nieto de Dolores, declaró en una entrevista: “La siento más como mi madre que como mi abuela, porque me ha criado, y ahora acabar en la calle con mi abuela y los animales”.
La abuela y su nieto piden ayuda a través de un alquiler social, ha distribuido carteles con la petición en muchas áreas de su barrio.
Dolores cobra cada mes un poco más de 600 euros y solamente en alquiler paga aproximadamente 400 euros, desde hace dos años dejó de pagar el costo del agua y la comunidad porque no tenía recursos.
Desde que Dolores dejó pagar el consumo del servicio del agua y la comunidad, el administrador lo notificó a los dueños y estos decidieron pagar la deuda y denunciar a Dolores por impago.
Cuando transcurrieron dos meses, Dolores consignó en el juzgado el dinero que debía, pero el juez apoya a los propietarios del inmueble.
A Dolores le asignaron inicialmente un abogado de oficio con el que no le fue bien, le dijo que como no habían renovado el contrato inicial ella podría seguir viviendo en el piso con su nieto hasta que falleciera.
En ese entonces ella se despreocupó del asunto confiando en lo que el letrado le dijo. Pero este año, recibió en marzo la primera orden de desahucio y la segunda el pasado mes de julio.
Cuando Dolores dejó de pagar los recibos relató que fue por no contar con los recursos suficientes para asumir los gastos de la casa. “Tenía que elegir entre alimentarme o no pagar esos recibos”.
La situación de la abuela y su nieto es realmente conmovedora, esperamos que se haga justicia. Es una persona vulnerable, con un nieto a su cargo y que merece tener una vida digna. Compártela.