Sin duda, una de las mejores dichas que se pueden tener en la vida es ese momento en que se cruza la mirada con un indefenso ser al que se dio la vida. Convertirse en madre es una experiencia sin igual, pues nace un amor incondicional y para siempre, pero a raíz del coronavirus muchas mujeres han perdido lo que más querían.
Esto fue lo que sucedió con una abogada brasileña, llamada Névele Menezes. La mujer se encontraba felizmente embarazada de su segundo hijo, en compañía de su amado esposo, el empresario Danilo de Castro. Tenía 7 meses de gestación cuando lo peor sucedió.
Con 37 años de edad y pese a su embarazo, Névele fue ingresada de emergencia en un hospital de la región de Goiânia. Sin embargo, su salud se deterioró rápidamente y los médicos tomaron la decisión de someterla a un parto de emergencia para salvaguardar al bebé.
La enfermedad de Névele comenzó con fiebre y dificultad para respirar
Así fue como el pasado 13 de abril nació su pequeña angelita, sin que Névele pudiera conocerla y estrecharla entre sus brazos. Tristemente, la abogada perdió la lucha contra el coronavirus 17 días después del nacimiento de su bebé, tras 41 días de hospitalización.
La bebé permanece en una Unidad de Cuidados Intensivos, intubada y luchando por su vida pese a su dócil organismo. Por supuesto, la familia se encuentra completamente devastada, en especial porque todos contrajeron la misma enfermedad.
Con su partida, Névele deja desconsolados a su esposo y a su hijo de 9 años, él lo extrañará enormemente ya que se encontraba fuertemente ligado a ella y era su soporte principal.
«Estamos muy tristes. Su esposo no está en condiciones de hablar. Estamos tratando de retomar la rutina del hijo mayor, que tiene síndrome de Down y estaba muy apegado a ella», dijo la hermana de Névele.
La tristeza de la familia ante la pérdida de Névele es aún mayor debido a que no consiguen entender su fallecimiento. Era una mujer muy sana y no tenía ninguna enfermedad que la hiciera más vulnerable a contraer el virus.
Pese a todo, Névele se fue al más allá consciente de que su hermosa bebé había logrado nacer, pese a que no pudo conocerla. Además, su familia pudo despedirse de esta excelente madre que cuidará de ellos desde el cielo.
“La enfermedad evoluciona de manera diferente en cada persona. Cuando empeoró y los médicos nos llamaron, entendimos que era hora de despedirnos de ella. Mi hermana estaba muy feliz y eso tomó a todos por sorpresa”, señaló la hermana de la abogada.
Confiamos en que muy pronto esta dolida familia encuentre consuelo a su pesar y que sus dos angelitos crezcan con mucha salud y cariño.
Compartamos un mensaje de solidaridad con esta familia y todas las que han sido víctimas de la pandemia.