La mujer jubilada de 66 años,originaria de Argentina, que tras ser diagnosticada con diabetes y después de que un cirujano cometiera el peor error de praxis médica tras extirparle la pierna equivocada,tristemente ha fallecido.
«Te voy a extrañar, te amo con todo mi corazón «, publicó la hermana de la víctima, que ha sido identificada como Magdalena Leguizamón.
Permanecía ingresada en la clínica Ceni de Quilmes, tras la grave negligencia médica que cometieron en el Sanatorio Berazategui.
La noche de ayer, finalmente perdió la vida a causa de un paro cardiorrespiratorio. Pero todavía falta confirmarse si esa afección fue consecuencia del error del doctor Cardozo, el culpable de quitarle la pierna sana.
A Magdalena ya le habían tenido que extirpar el dedo del pie derecho y de igual manera tenían que hacerlo con esa pierna después de que la primera cirugía no evolucionara como esperaban.
Pero fue la propia paciente quienal despertar de la anestesia, se percató de la infamia que habían cometido.
«Me siento rara. No puedo levantar la pierna izquierda», dijo Magdalena a su hija Mayra. Su hija le insistía en que se equivocaba, que no era esa pierna la operada, sino la otra. Cuando Magdalena aseguró que no podía mover la izquierda, Mayra levantó la sábana y descubrió el horror con el que casi se desmaya.
Pero lo peor de todo es que hasta el momento sólo ha obtenido silencio y ninguna respuesta por parte del Sanatorio Berazategui.
Después, ya en la clínica Ceni se enteró de algo peor: nunca fue necesaria la operación de ninguna pierna, todo el diagnóstico estuvo errado.
Mayra, llena de indignación y dolor había llevado el caso de su madre en días anteriores a la Fiscalía, desde donde se ha levantado una investigación y los médicos negligentes están imputados.
Se trata de Gonzalo Cardozo Monterino y Rafael Rico Núñez, traumatólogo y cirujano cardiovascular, respectivamente.
«Yo corté la pierna que me dijo Rico», se habría justificado Cardozo.
El grave caso de negligencia que se regó como la pólvora en las redes, tuvo lugar el pasado 22 de julio. Tras una hora de cirugía, el traumatólogo Cardozo, aseguró no encontrar novedades, pero que como la infección se había extendido tuvo que amputar la pierna derecha hasta la rodilla, cosa que no sucedió.
En 2015, el centro Berazategui ya se vio envuelto en otro escándalo mientras muchos pedían el cierre de la clínica por la mala atención a sus pacientes. Y apenas 3 años después, muchos abuelos jubilados fallecieron en un corto período de tiempo dentro de la clínica. ¿Coincidencia?
Lamentamos el triste final de la pobre mujer que no fue más que víctima de un sistema de salud caduco. Y lo más triste es que sigue sin haber respuestas y los culpables sin ser castigados. ¡Levantemos la voz!