Hay discapacidades que no son físicas ni mentales, sino del corazón, y esa es nuestra tarea como sociedad: que el trabajo de superación no siempre provenga de ellas. A continuación, te presentamos una gran historia, de entre muchas que existen, de personas con discapacidad que cambiaron su destino.
La joven uruguaya, Milagros Costabel, perdió la visión al poco tiempo de nacer. Sin embargo, a pesar de su discapacidad se hizo sola. Aprendió inglés de manera autodidacta, y creció albergando su mayor sueño; estudiar en alguna prestigiosa universidad del extranjero.
Milagros se postuló al menos en 20 casas de estudio diferentes, alrededor del planeta, pero ninguna había respondido. Un día, sentada en su cuarto, lloró junto a su madre y su hermana Chloe, angustiada de pensar que su mayor anhelo fuese inalcanzable.
Además de su invidencia, cuando Milagros nació pesaba 740 gramos apenas. Cabía en la palma de una mano. Su situación era tan precaria que los médicos informaron a sus padres que la niña no sobreviviría. De allí que, le deba su nombre al hecho de que hoy esté con vida.
«Si sobrevive va a ser un milagro», me contó mi mamá que dijeron los médicos. Y, como yo aún no tenía nombre, ese fue el que mis padres decidieron ponerme. Milagros”, contó la joven.
Además de todas las calamidades, Milagros perdió a su hermana Chloe cuando tenía 6 años. Ella era sus ojos. Falleció a causa de un cáncer cerebral sorpresivo. En ese momento fatal ella estaba en Argentina realizándose el tratamiento, y Milagros solo podía viajar a visitarla de vez en cuando.
«Nunca me imaginé que tendría que vivir el resto de mi vida sin mi hermana Chloe… Pienso en ella cuando las cosas se vuelven difíciles«, agregó Milagros.
Sin embargo, la recompensa a tanta dedicación rindió sus frutos cuando, un soleado y brillante día recibió la tan esperada noticia de que había sido admitida para estudiar nada más y nada menos que en la Universidad de Harvard, uno de los principales crisoles del saber en Estados Unidos y el mundo.
Hoy en día, Milagros y su familia esperan ilusionadas la llegada de agosto, cuando por fin la joven viajará a la costa Este de los Estados Unidos, en la ciudad de Cambridge, estado de Massachusetts, lugar donde se encuentra la universidad desde el año de 1636.
Recibió una beca completa durante cuatro años. Hoy recuerda con mucho cariño la dedicación de sus padres para enseñarla, a ella y a su otro hermano, Luciano. Su madre aprendió braille, de modo que ninguna tarea de la casa era demasiado difícil como para ella.
Su madre le enseñó a no darse por vencida
Milagros fue dura al hablar de sus logros. Puso el dedo sobre la llaga al hablar de que al igual que sucede en muchos otros países de la Latinoamérica, en Uruguay, la inclusión educativa aún es un tema pendiente. Entre otras cosas, porque los profesores no reciben entrenamiento suficiente sobre cómo enseñar (e incluir) a personas con discapacidad.
Ahora, Milagros se prepara para un viaje que está cada vez más cerca y comenzar vivir la experiencia de permanecer por cuatro años lejos de su familia, amigos y de la tierra que le vio nacer. Un sueño hecho realidad con su dedicación y el amor y apoyo de sus padres.
Comparte esta hermosa historia de superación personal y resiliencia con tus amigos. Un ejemplo más de que, cuando se lucha por alcanzar un sueño, no existen obstáculos que no se puedan superar.