Es bien sabido que el COVID-19 llegó a nuestras vidas no solo para transformar nuestra dinámica de trabajo o salidas sociales, sino para advertirnos que solo una cosa por mínima que parezca puede transformar nuestra vida por completo.
Ante este letal virus miles de personas han muerto, otras se recuperaron satisfactoriamente, pero también hay quienes tuvieron que enfrentar una larga batalla quedando con secuelas y grandes cicatriz por el resto de su vida.
El hombre contrajo el virus en febrero después de realizar un viaje con sus amigos.
Gregg Garfiel es uno de esos pacientes, desde que ingresó al hospital de California fue apodado “paciente cero”, convirtiéndose en uno de los primeros casos de COVID-19 del estado.
Gregg contrajo el virus después de realizar un viaje de esquí con sus amigos a los Alpes Italianos, si bien el grupo de 13 personas dio positivo, Gregg fue el más afectado de todos.
Debido a su grave estado de salud los médicos solo le dieron 1 % de posibilidades de sobrevivir.
El hombre de 54 años de edad fue ingresado al Providence St. Joseph Medical Center en Burbank, ahí pasó varias semanas sometido a un ventilador, luchando por su vida por más de 64 días.
Durante ese tiempo presentó insuficiencia renal, insuficiencia hepática, embolias pulmonares y pulmones reventados. Todo como consecuencia de este letal virus.
Durante su estadía en el hospital acumuló una factura de $ 2 millones, afortunadamente su seguro cubrió los gastos.
Después de un largo tratamiento, múltiples complicaciones y un diagnóstico poco alentador, Gregg logró ganar la batalla y finalmente salió del hospital aunque con grandes marcas que llevará por siempre por el resto de su vida.
Al respecto el hombre comenta:
Presta atención a esto. Mis manos nunca volverán a ser las mismas. Ya no tengo dedos. Estoy aquí para decirte que esto te podría pasar”.
Los dedos de su mano derecha fueron amputados, también como la mayoría de su mano izquierda. Mientras salía del hospital alzó sus puños vendados indicando que el coronavirus no es un juego.
Gregg y toda su familia instan a todas las personas a tomarse esta situación con total consciencia y responsabilidad.
Usar la mascarilla te protege y evita la propagación del coronavirus.
Aunque Gregg fue dado de alta aún le queda un largo camino por recorrer, debe someterse al menos a seis cirugías para reconstruir sus dedos.
Entre porras y aplausos Gregg salió del hospital.
Su hermano ha creado una página GoFundMe para ayudarlo a cubrir los gastos de la prótesis ya que no está cubierta por el seguro. En la página explican lo siguiente:
Hasta ahora hemos centrado nuestras comunicaciones en Gregg que vive y sobrevive a este virus mortal y no compartimos la gravedad de las lesiones en las manos y los pies. La falta sostenida de circulación en sus extremidades hizo que sus dedos de manos y pies se volvieran negros, algo similar a una lesión por congelación.
Esto causó daños permanentes y…. buscará cirugías adicionales para amputaciones, prótesis y, por supuesto, más terapia física / ocupacional a medida que aprende a navegar por este nuevo mundo”.
Gregg nunca se dio por vencido y ahora es un hombre nuevo que ha transformado sus debilidades en fortalezas para recordarnos que la vida te puede cambiar de un momento a otro y que siempre hay motivos para seguir luchando.
Superar grandes obstáculos nunca ha sido fácil pero sí es posible con el apoyo de quienes amamos. Para todos los que han perdido un familiar por el coronavirus o siguen luchando por sus vidas, reciban nuestro apoyo y fortaleza. ¡Comparte!