Muchas veces no somos conscientes de lo rápido que nuestra vida puede cambiar. Un accidente o un problema de salud pueden convertirse en un antes y un después que dará un giro irreversible. Esto fue lo que le sucedió al entrenador de la Escuela Superior Bradshaw Christian. Casey Cagle se dirigió al hospital para lo que debía ser un procedimiento de rutina. Sin embargo; la operación no resultó como todos habían esperado.
Casey recibió la cirugía con 49 años de edad.
Una condición en el corazón de Casey hizo que sus médicos decidieran realizar la cirugía. Se trataba de un procedimiento estándar que debería durar tan sólo 4 horas y que no acarreaba grandes riesgos. Sin embargo; Casey se vio obligado a permancer en el hospital durante tres meses por una serie de complicaciones que casi acaban con su vida. Finalmente; el doctor se vio obligado a amputar dos piernas, la mano izquierda y la mayoría de sus dedos en la mano derecha.
“Entré al hospital midiendo 1.90 metros y salí con 1.4 metros de altura. Ahí es cuando te das cuenta de lo rápido que pueden cambiar las cosas”.
Todos sus familiares y amigos pensaron que había sucedido lo peor. Los jóvenes en la escuela temieron que nunca más lograrían ver al entrenador con el que tenían una conexión maravillosa. Casey logró salir con vida pero necesitó de un poco de tiempo para acostumbrarse a una vida tan diferente de la que conocía. Para él, era fundamental poder mantener su trabajo ya que había pasado toda su vida dedicándose a lo que realmente era su pasión.
“Ninguno de los chicos tenía energía para entrenar sin él”.
Por suerte, un par de semanas después de salir del hospital Casey decidió mostrar su mejor actitud ante una situación tan devastadora. La mayoría de las personas que pasan por algo tan traumático necesitan años para recuperarse o incluso prefieren permanecer encerrados en casa. Casey sabía muy bien que todo había cambiado pero nada mejor que enfocarse en que seguía con vida y que todavía podía regalar a todos su mejor sonrisa.
“Tuve que darme cuenta de que sigo siendo la misma persona. No puedo hundirme ni hundir a los que quiero conmigo. Prefiero seguir siendo yo mismo”.
Ahora utiliza una silla de ruedas especial y trabaja a medio tiempo. Con el único dedo que le quedó puede cambiar la dirección de su silla y ayuda a los chicos a ganar todos los partidos. Todos lo apoyan y le brindan muchísimo amor. Casey ha logrado inspirar más que nunca a todos los chicos.
Casey espera conseguir prótesis para las piernas en los próximos meses.
No hay duda de que una buena actitud y la perseverancia son los mejores ejemplos que les da al lograr seguir adelante después de una situación tan difícil.
No dudes en compartir el inspirador mensaje de Casey. Incluso cuando parece que lo hemos perdido todo, debemos sonreír y seguir adelante.