Cuando un ser amado muere nos embarga la impotencia y el dolor, pero cuando nos damos cuenta que se puede dar vida más allá de esa pérdida, sentimos cierto alivio en el alma. Eso le ocurrió a una familia en Brasil, el trágico final de su joven hijo le dio la oportunidad a alguien de volver a respirar.
Cuando Matheus Antônio Alves de 17 años se cayó de las escaleras en la casa de su abuela en Campo Limpo Paulista, en Sao Paolo, el mundo cambió para todos los miembros de su familia. Después de recibir un fuerte golpe en la cabeza pasó tres días debatiéndose entre la vida y la muerte, hasta que finalmente perdió la batalla.
Jamás imaginaron que un joven tan sano y tranquilo pudiera irse a tan temprana edad y de esa inesperada manera. Y cuando los médicos le informaron que había muerto cerebralmente, la familia autorizó la donación de los órganos del adolescente.
Con la participación de la Comisión de Trasplantes Intrahospitalarios del Hospital São Vicente y la Policía Militar, el 25 de septiembre se llevó a cabo la extracción de los órganos del cuerpo del fallecido en un procedimiento que duro aproximadamente siete horas.
Su pulmón, hígado corazón, páncreas, riñón, y huesos serian trasplantados a otras personas. Y Luane Caroline Grotto, de 25 años, quien vive en Indaiatuba (SP) y ha sido diagnosticada con bronquiectasias y llevaba dos años en lista de espera recibió la maravillosa noticia de que ya tenía un pulmón disponible.
El preciado órgano fue recibido en el hospital São Vicente en Jundiaí y llevado en el helicóptero Águia del PM en el Instituto del Corazón (Incor) del Hospital das Clínicas de São Paulo. La unidad de transporte aéreo aterrizó en el km 60 de Rodovia Santos Dumont (SP-75), frente a la base de la Policía de Carreteras, allí abordó Luane.
Al mediodía ya había arribado al hospital. Los funcionarios del establecimiento de salud en Jundiaí informaron que el órgano fue trasladado al helipuerto de la alcaldía, y fue cuidadosamente entregado al equipo de Águia alrededor de las 3 de la tarde.
Ahora los familiares sienten un gran alivio dentro de su dolor, y saben que donde quiera que esté Matheus debe sentirse contento al saber que por medio de él otros podrán tener una nueva oportunidad. Fue lo mejor que podrían haber hecho, sin duda alguna.
“La donación es una forma de superar la muerte de ese ser querido. Así lo recogimos en un estudio en el que hablamos con familias años después de esa muerte. En ningún caso, después de tres años, encontramos un arrepentimiento. Al revés, las familias manifestaban que este proceso les había ayudado en su duelo», aseguró uno de los médicos.
La publicación se compartió en las redes sociales junto a la foto del risueño Matheus cuando estaba lleno de salud y vida. Y los comentarios de felicitaciones y bendiciones para los familiares, por la nobleza que demostraron al tomar la dura decisión, no se hicieron esperar.
“¡Qué actitud tan hermosa! Donar los órganos de alguien querido es un acto de amor al prójimo y la certeza de que la vida y el amor siguen en otros cuerpos y en otro plan”, expresó una emocionada internauta.
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