En busca de trabajo encontró en la pequeña ciudad de Mererani, en las colinas del Kilimanjaro, el único lugar en el mundo donde se realiza la minería de una rara piedra violeta azul llamada tanzanita.
Así que pensó que su sueño era trabajar en ese lugar, pero la discriminación hacia la mujer era muy radical y «no se les permitía entrar en el área minera», así que como para esta mujer no existían límites que no se puedan superar, comenta:
Entré valientemente como un hombre (…) Actué como un gorila – podía pelear, mi lenguaje era malo, podía llevar un gran cuchillo.
Así fue como se hizo pasar por un hombre y para que la transformación fuera real, también cambió su nombre. «Me llamaron tío Hussein, nunca le dije a nadie que mi verdadero nombre era Pili».
Trabajaba entre 10 a 12 horas al día, excavando y tamizando, esperando descubrir piedras preciosas en las vetas de la roca de grafito. Era capaz de excavar hasta 600 metros bajo tierra, lo hacía con más valentía que muchos otros, era muy fuerte y podía hacer lo que sea que se esperara que un hombre lo hiciera». Por eso, nadie sospechaba que era una mujer.
Gracias a su esfuerzo y tenacidad, pudo acumular una pequeña fortuna. Y con ese dinero, construyó casas nuevas para su familia, se compró más herramientas y comenzó a emplear mineros que trabajen para ella.
En este punto, su historia ya era tan convincente que pensó que era tiempo de revelar su verdadera identidad. Y sucedió lo impensable: una mujer de la zona denunció haber sido abusada por alguno de los mineros y para su mala suerte, «el tío Hussein» (Pili), fue arrestado como sospechoso.
Cuando llegó la policía, los culpables dijeron: «Este es el hombre que lo hizo», y «me llevaron a la comisaría», dice Pili. No tenía otra opción que revelar su secreto.
Fue entonces cuando pidió a la policía que trajeran a una mujer que la examinara físicamente, y así pudo demostrar que no era responsable, y pronto fue liberada.
Pili tiene hoy su propia empresa, y 70 empleados que trabajan para ella, entre ellos, mujeres.
Estoy orgullosa de lo que hice – me ha hecho rica, pero fue muy difícil para mí.
Con su trabajo ha podido pagar la educación de más de 30 familiares. Pero a pesar de esto, ella dice que no animaría a su propia hija a seguir sus pasos y dice que quiere asegurarse de que su hija reciba una buena educación y luego pueda llevar una vida distinta, muy diferente a la suya.
Increíble lo que tiene que llegar a hacer una mujer para ser aceptada en un trabajo, en medio de una cultura de discriminación y opresión. Impresionante su afán de lucha y superación. Una historia que inspira.
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