¿Estarías dispuesto a decir adiós a algo que aprecias mucho para mantener con vida a uno de tus familiares? Por más difícil y cruda que parezca la pregunta, a raíz de la pandemia muchas personas se han visto en la necesidad de despojarse de todo para poder costear la atención médica de sus seres queridos.
Esto lo sabe bien una joven de solo 16 años, residente de Toluca, México, quien tuvo que decirle adiós a su hermoso y largo cabello para poder ayudar a su amado abuelito con coronavirus.
Tardó años en hacer crecer su cabello
El nombre de esta chica es Ana Paola Romero. El sacrificio que tuvo que realizar no fue nada sencillo, su cabello era la parte física que más le agradaba de sí misma y lo cuidaba grandemente para que siempre luciera saludable, brillante y sedoso.
Los abuelitos de Ana se llaman Santa y Jesús. Desafortunadamente, esta familia se vio afectada por el coronavirus, enfermando gran parte de sus miembros. El primero en enfermar fue uno de los tíos, de nombre Rafael y le siguió la joven el pasado 30 de diciembre de 2020 cuando perdió el apetito y comenzó a padecer fiebre constantemente.
No obstante, el más afectado por el brote fue Don Jesús, de 68 años. Al enfermar de coronavirus, el nivel de oxigenación en su organismo descendió hasta niveles alarmantes, de 90 a 40. De inmediato, toda la familia se dispuso a reunir dinero para poder comprarle oxígeno.
Pero el costo del oxígeno se ha incrementado tanto en medio de la pandemia que la familia no sabía cómo conseguirlo. Preocupada, la joven tomó la decisión de vender su cabello en las redes para poder ayudar.
“Vendo mi cabello para comprar un tanque de oxígeno para mi abuelito, tiene COVID-19, su oxígeno hoy bajó mucho y quiero ayudar a mi familia a conseguir dinero”, dijo la joven.
La longitud del cabello de Ana era de 73 centímetros
Al acudir al salón de belleza para cortar su cabello, la joven no pudo evitar derramar lágrimas al despedirse de esa parte suya a la que tanto cuidado había dedicado. Pero, esa tristeza se fue cuando obtuvo por él poco más de 100 dólares que ayudaron a su familia, al menos momentáneamente.
“Yo prefiero perder mi cabello que perder a mi abuelito. De todos modos, mi cabello vuelve a crecer”, afirma la joven.
La familia de Ana debe comprar un tanque de oxígeno diariamente, cada uno tiene un coste de 250 dólares y hasta el momento han gastado 2 mil dólares en ello. El dinero nunca es suficiente para poder adquirir oxígeno, medicamentos y pagar consultas.
Pero lo que más necesitan ahora es conseguir un concentrador de oxígeno y un tanque más grande. Ana no ha dejado de recibir el apoyo de miles de internautas tras darse a conocer su historia y espera poder obtener lo que su abuelito, que padece diabetes, tanto necesita.
Confiamos en que muy pronto esta familia consiga el equipo médico que tanto precisa y que Don Jesús pueda volver a sonreír al lado de sus seres queridos.
Comparte y ayuda a que el abuelito de Ana pueda recuperarse.