Es la primera mujer transgénero en participar en los Juegos Olímpicos y su historia resultó inspiradora para muchas personas.
A pesar de la pandemia de coronavirus, los Juegos Olímpicos Tokio 2020 tuvieron un rasgo bastante distintivo de las justas predecesoras, no precisamente vinculado con la emergencia sanitaria mundial: fueron los juegos de la inclusión, los primeros de la historia con una atleta transgénero.
Esta es la historia de Laurel Hubbard, una levantadora de pesas neozelandesa quien brilló con luz propia al convertirse en la primera mujer abiertamente LGBT en competir en unas Olimpíadas.
Pero, además de eso, la mujer de 43 años es también es una de las competidoras de mayor edad en los juegos llevados a cabo en la capital nipona.
Sin embargo, anteriormente había participado en competencias masculinas de levantamiento de pesas, antes de hacer oficialmente su transición en 2013.
Ello le granjeó a Hubbard no pocas críticas por parte del público, quien destacó el hecho de que ser hombre le daba una clara ventaja sobre sus rivales.
No obstante, esta vez el Comité Olímpico Internacional creó una nueva política para permitir competidores transgénero.
La pesista neozelandesa compitió el lunes 02 de agosto en la categoría de peso superpesado femenino de 87+ kilogramos.
Si bien, desafortunadamente no logró obtener su tan ansiada presea en sus tres intentos, su participación se sintió como una tremenda victoria, especialmente para las personas en su misma condición.
Su participación representa una esperanza para otros atletas que tienen la misma condición y que finalmente podrán sentirse incluidos.
“La competencia de Laurel fue histórica”, dijo Kereyn Smith, jefa del Comité Olímpico de Nueva Zelanda
Una vez el Comité Olímpico Internacional publicó en 2015 los cambios en sus pautas de elegibilidad de atletas transgénero, los cuales incluyen una limitante en los niveles de testosterona, Hubbard fue elegida para representar a su país en la disciplina de halterofilia.
Estos cambios en la política de los Juegos Olímpicos dictaminan que, en el caso de la transición de hombre a mujer, los niveles de la hormona deberán estar por debajo de los 10 nanomoles por litro, durante al menos 12 meses antes de su primera competencia.
“Ella es nuestra primera atleta olímpica que ha pasado de ser hombre a ser mujer.
Sabemos que hay muchas preguntas sobre la equidad, pero me gustaría aprovechar para recordar a todos que Laurel ha cumplido con todos los criterios requeridos”, añadió Smith.
A pesar de estas declaraciones, muchos continuaron poniendo en entredicho la participación de Hubbard, siempre con el mismo argumento: que la competencia no sería igualitaria.
También insistieron en que ella vivió gran parte de su vida como hombre, y que eso le daría una ventaja innegable sobre las demás mujeres.
Según un estudio científico llevado a cabo por Emma Hilton y Tommy Lundberg, citado en el diario El País de España, la superioridad del rendimiento masculino en el levantamiento de pesas es del 30 por ciento.
Incluso cuando las mujeres transgénero suprimieron la testosterona durante 12 meses, ya que la pérdida de masa corporal magra, área muscular y fuerza se reduce en apenas un 5 por ciento.
Sin embargo, a pesar de sus detractores, lo cierto es que Lauren demostró que está en un excelente nivel, sobre todo tomando en cuenta su edad.
Aunque sus tres intentos por alzar los 125 kilogramos fueron fallidos, al final de cuentas, ella solo quería competir como una persona más en su categoría, tal como lo hizo.
Es la primera mujer transgénero en competir en los Juegos Olímpicos
Son excelentes noticias para toda la comunidad LGBT del mundo. Más inclusión, respeto y tolerancia en lo sucesivo, hará que se logren los cambios necesarios para lograr una sociedad más armoniosa, más justa y más humana.