La casa natal del fallecido Diego Armando Maradona fue declarada patrimonio cultural, pero la vivienda ha sufrido un severo deterioro, está casi en ruinas y el actual propietario es despreciado por los vecinos.
Pero en el barrio de Villa Fiorito los recuerdos del ídolo de Argentina conocido como “El Pelusa” se mantienen intactos.
Para los seguidores de Maradona, esa humilde vivienda es similar a un Belén, donde nació el “D10s”, aunque su madre, Doña Tota, lo trajo al mundo en el hospital Evita de Lanús.
Hace días la Municipalidad de Lomas de Zamora declaró la vivienda como patrimonio cultural tras el fallecimiento de Maradona a los 60 años el pasado 25 de noviembre.
Los padres de Maradona llegaron a ese barrio a finales de los años 50, se establecieron en esa casa en la que Diego creció modestamente, con dificultades económicas que no le impidieron perseguir su sueño.
Actualmente la vivienda de la calle Azamor está habitada por unos parientes muy lejanos de Maradona con quienes ni siquiera tienen vínculo sanguíneo. Los vecinos de la zona rechazan su comportamiento y están a favor de que la casa sea expropiada para restaurarla y convertirla en un museo.
Norberto, de 59 años, uno de los vecinos de la zona declaró: “La hermana de Pelusa, Kitty, se casó con un muchacho al que le decíamos Chirola. La hermana de ese Chirola empezó una relación con el cartonero que vive en la casa donde creció Maradona.
Si te acercas o quieres sacar una foto, te echa o te pide dinero. La casa no era nada que ver a lo que es ahora. Doña Tota mantenía todo impecable, ahora esto es un asco”.
Él conoció a Maradona mucho antes de que se convirtiera en una celebridad, soñaba en blanco y negro con participar en un mundial y meter goles como su ídolo Ricardo Bochini.
El dueño de la casa natal de Maradona se ha negado a ofrecer declaraciones a los medios de comunicación, cuando vio llegar a un periodista que intentó conversar con él lo increpó.
“La casa está toda roñosa. Los pastos y los árboles crecidos. Ese hombre no habla ni te deja sacar fotos si no es por dinero. No paga impuestos ni tampoco la luz. Sus hijos siempre hacen cagadas a la noche y se van a esconder ahí”, se quejó “Pirucha”, un vecino que vive en el barrio desde que Maradona residía en esa casa.
Raúl, otro vecino, aseguró que los hijos del propietario de la vivienda son un desastre. Él trabajó con el padre de Maradona en una fábrica de productos agropecuarios en la vera del Riachuelo a principios de los años 70.
“Diego jugaba descalzo en el baldío de la esquina. Su papá siempre lo cuidaba. Para no dejar a su hijo solo, juntaba cinco pesos para poder acompañarlo a los partidos”, recordó Raúl.
El veterano Raúl recomendó no recorrer las calles cercanas a la casa natal de Maradona para buscar otros sitios que hayan sido emblemáticos durante sus primeros años de vida.
Los vecinos no son receptivos, y la zona es peligrosa, incluso un reportero gráfico terminó agredido y tuvo que enfrentarse a insultos y amenazas mientras protegía su equipo.
En la casa de la calle Azamor al 500 solamente quedan recuerdos del astro del fútbol.
Norberto relató: “En la esquina había un terreno baldío y jugábamos ahí con Diego. Ya era un crack. Yo era el arquero y él me decía que se la pasara. Arrancaba para adelante, se pasaba a todos y metía gol. Podíamos ser cinco perros y él, pero ganábamos igual. Tenía 14 años y lo venían a buscar tipos de 30 o 40 años. Era imparable”.
Resaltó que en la época en la que vivía Maradona en el barrio no había mucha gente. “A pocos metros había un basural y un zanjón. También un pozo grande, parecido a una laguna, y ahí nos íbamos a bañar con el señor Diego Armando Maradona”, recordó Norberto riéndose.
La última vez que Norberto vio a Maradona en ese barrio fue hace 12 años cuando hizo entrega de una ambulancia.
Según Norberto, en esas calles no hay aficionados de Maradona, de quienes lo conocieron y se criaron con él, la gran mayoría ha fallecido.
“Del equipo de fútbol de los que jugábamos en la calle, soy el único que queda. Todos los demás fallecieron”, lamentó.
Norberto dijo que Maradona siempre estuvo orgulloso de su origen y que jamás se olvidaba de Fiorito. Comparte este testimonio.