Llevar a un niño a un aula de clases universitarias puede no ser una experiencia muy agradable pero son muchos los estudiantes que deben enfrentarse a esta situación por no tener con quien dejar a sus hijos.
En ocasiones los pequeños llegan a perturbar la clase impidiendo que se desarrolle cabalmente pero no sería nada correcto que un maestro negase la entrada al estudiante por ir acompañado de su pequeño.
Una situación a la cual se enfrenta a menudo Thami Maitra dos Reis, una joven de 27 años y madre de Bruna, una pequeña de 8.
Cuando esta estudiante de diseño pide permiso a sus maestros para que Bruna entre a clases, suele escuchar respuestas como “siempre que no perturbe a los demás”, o el habitual “pero debe mantenerse en silencio”. Sin embargo un maestro le ha dado una gran lección.
Se trata de Laurentiz, profesor de la Universidad Federal de Uberlândia, quien no sólo permite el ingreso de Bruna al salón sino que también la invita a participar activamente en la clase.
Por lo general, Bruna va a la universidad acompañada de algún juguete para distraerse durante la clases pero para la materia del profesor Lu, como le llaman los estudiantes, no necesita llevar nada.
La niña participa activamente en cada clase y el profesor no sólo la invita a ser su ayudante, sino que le asigna tareas especiales que termina por presentar frente al salón.
“La hizo sentir muy cómoda en clase. ¡Me pide que le explique qué se debe hacer y lo hace ella misma y se lo presenta ella misma!”, Dijo Thami.
El profesor ha hecho que esta pequeña se integre a una sección con adultos para tratar temas como el movimiento tropicalista y la estética posmoderna, los cuales Bruna parece estar interpretando bastante bien.
Los padres de Thami viven en otra ciudad, así que sólo está ella para cuidar a Bruna, ya que el papá de la niña también estudia. Así que la pequeña la acompaña a sus clases con bastante frecuencia, especialmente los últimos meses en los que la escuela de Bruna ha estado en paro.
La madre ha sabido cómo lidiar con el asunto pero está muy agradecida con su profesor Lu por el recibimiento que da cada vez a su hija. Además, esto ha servido para mantener a la chica activa y animada.
«Uno de los primeros trabajos fue hacer un autorretrato, ella me pidió que le enseñara cómo poner su teléfono móvil para tomar la foto yo sola, y después hacer una intervención fotográfica usando Photoshop», dijo Thami.
La estudiante compartió algunas fotografías en sus redes con una emotiva publicación en agradecimiento al Sr. Laurentiz. No cabe duda de que este hombre es un ejemplo para otros colegas, sin dejar de lado su fin como educador está impartiendo más que lecciones de arte y ha dado a todos una gran lección de humanidad.
Gracias Laurentiz por su buena voluntad. Comparte esta historia y que el ejemplo de este educador inspire a otros profesionales.