Todos los empleos son dignos de respeto y admiración. Son los niños, gracias a su inocencia, quienes más se percatan de esto y sueñan con crecer para poder ser ciudadanos ejemplares y responsables en sus labores.
La pequeña María Samilly, originaria de Sarandí, Brasil, cumplió seis años el miércoles 09 de diciembre de 2020 y ya sabe lo que quiere ser de mayor: barrendera. Por eso, la niña obtuvo una fiesta de cumpleaños con tal temática, en el norte de Paraná, y recibió en su celebración a los barrenderos de la ciudad para festejar.
La madre de la niña, Cláudia Amanda dos Santos, está feliz de que su hija se encuentre grandemente emocionada con una profesión que mantiene a flote a las grandes ciudades en todo el mundo. Por eso, decidió invitar a los barrenderos de su ciudad para sorprender a su hija.
Cuando María descubrió la sorpresa especial de su madre, no podía creerlo y se dispuso a dibujar y a hacer diversas cartas especiales para poder recibirlos en casa.
La niña admira a los barrenderos de su ciudad desde que tenía 4 años
“Ella también soñaba con vestirse con la ropa de un barrendero, así que yo misma se la hice. Era su sueño tener a los barrenderos con ella en este día tan especial. Entonces, me comuniqué con la ciudad que logró traerlos. Su felicidad fue maravillosa, gratificante”, afirma la madre de la pequeña.
Los profesionales no tenían duda alguna de cumplir con el gran sueño de la pequeña María y se presentaron en el lugar, con su uniforme característico y con un obsequio para la inocente niña.
Además, como un detalle especial, invitaron a la chiquilla a subir a su vehículo para poder fotografiarse en él.
En realidad, la niña no esperaba que los barrenderos pudieran visitarla, ya que conoce que su labor amerita mucha responsabilidad y básicamente no tienen descanso. Por eso, se alegró mucho cuando los vio llegar a la fiesta.
“Me conmovió mucho porque me gustan. Lo que más me gusta es su trabajo”, dijo María.
Por si fuera poco, después de la celebración, la pequeña se dispuso a esperar a los barrenderos del turno de la noche para poder invitarles un trozo de pastel y compartir un breve momento con ellos.
“Fue una muy buena experiencia, estaba muy conmovida. Nadie le quita esta idea de la cabeza. Quiere ser barrendera”, enfatiza la madre.
Sin duda, el cumpleaños número 6 de María fue por demás inolvidable y le aguardan miles de sueños más por hacer realidad.
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