Los malos hábitos y desórdenes alimenticios nos pueden generar muchos problemas de salud. No solo desde el punto de vista estético, sino también patologías crónicas que pueden poner nuestra vida en peligro. Un hombre de 31 años lo vivió en carne propia, y tuvo que poner en la balanza la mala comida o un pie.
George Middleton no parecía de su edad
George Middleton, es un hombre joven de 31 años, estudiante de derecho que vive en Netley Abbey en Hampshire (Inglaterra).
Se negaba a reconocer, el daño que se hacía comiendo sin cuidar la calidad ni cantidad de los alimentos que consumía.
Era adicto a las bebidas gaseosas y a la comida rápida, hasta cuatro litros de Coca-Cola podía tomar en un solo día.
En una consulta con su médico entró en conciencia del mal que se estaba haciendo, el doctor fue tajante y claro con él.
Su mal comer lo podía llevar a contraer enfermedades como presión alta, dificultades para dormir, incluso desórdenes mentales.
Pero lo que más le preocupó, era el riesgo de convertirse en diabético, y el peligro latente de perder un pie.
«Mi médico me sentó y me dijo, ‘¿Te gusta tener dos pies?#8217; Después de que dije que sí, me dijo que estaba en peligro de perder un pie si no hacía algo con mi peso”, reconoció George.
Tenía que cambiar, no había alternativa. Tuvo que darle un giro total a su dieta, comenzó a caminar aproximadamente ocho kilómetros todos los días alrededor del lugar donde vive.
Comenzó a enfocarse en sus prioridades de vida. Reconoció la baja autoestima que tenía, y empezó a trabajar en eso. Por el camino que iba, no sería de extrañar alguna conducta depresiva.
«Es una época en la que la depresión podía causar daños irreversibles a los hombres estuve muy cerca de estar ahí». Reconoció el preocupado joven.
El nuevo George quiere convertirse en un entrenador personal para ayudar a otros a salir de los problemas que él tenía.
Empezó a darse cuenta de la cantidad de oportunidades que había perdido, ya no salía a la calle, le avergonzaba que las personas lo vieran.
Física y mentalmente estaba afectado, seguía y admiraba estrellas de cine, para buscar algo de inspiración, se sentía vacío.
Empezó a comer sano y a ejercitarse, en ese proceso conoció a Heather, una joven de 27 años, en una boda en la que el decidió ir, desde entonces creció más su deseo de librarse de su anterior cuerpo.
Logró sacar de su cuerpo la mitad de su peso corporal. Se siente muy bien, da charlas en las escuelas, mientras espera iniciar un diploma en entrenamiento personal.
«Quiero ayudar a otras personas. Mi objetivo es encontrar a alguien que sea como yo y hacer que luchen hasta estar como estoy ahora», les dice a las personas el nuevo George.
Las redes sociales estallaron con esta publicación, todos lo elogiaban y le deseaban lo mejor.
“Increíble, bien hecho, usted es una inspiración para los demás”, le escribió un usuario.
George ahora es un ejemplo viviente de lo que podemos lograr si nos lo proponeos. Lo único que necesitamos es perseverancia y determinación.
¡Bravo por ti, George!