La mente juega con pensamientos inasequibles que hacen difícil entender que hay otros caminos que pueden cambiar el destino turbio al que se dirigen algunas personas, no ganan ni pierden, sólo siguen allí, hasta que se hunden en el abismo más terrible y oscuro. . Es difícil lidiar con los sentimientos que causan un gran tormento.
Qué tristeza cuando en lugar de buscar una solución, piensan que la salida es tomar la determinación de acabar con lo más preciado: su vida. Y la vida para ellos es entrega, desgaste y lucha hasta el último aliento.
Julia Derbyhire tenía 16 años cuando murió en el hospital el 19 de octubre de 2015, días después de haber intentado suicidarse víctima de Bullying cibernético, un drama que sufren muchos a diario.
Han pasado dos años de su partida, Adrián Derbyshire, de 42 años, padre de Julia, se recuperó de una hemorragia cerebral casi fatal en 2008 que lo confinó a una silla de ruedas. A pesar de su condición se convirtió en medallista paraolímpico y hoy es un luchador contra el acoso cibernético.
En la fecha que Julia estaría cumpliendo sus 18 años, con el corazón roto y devastado por su ausencia este padre ha encontrado el valor para compartir unas fotos desgarradoras de su hija momentos antes de decirle adiós para siempre.
Sumergida en la desesperanza, Julia intentó quitarse la vida ahorcándose en su casa, en Warrington, Reino Unido, no lo logró y quedó en estado crítico.
Su padre la encontró inconsciente, en un esfuerzo desesperado para salvarla le dio reanimación cardiopulmonar hasta que fue atendida por un equipo paramédico y trasladada de urgencia al hospital.
Su padre hizo todo lo que pudo creyendo que podría salvarse si se aferraba al hilo de vida que le quedaba, pero no había más nada que se pudiera hacer por ella, quedó internada y solo sobrevivía conectada a una máquina.
Julia está allí, a su lado, tendida en la cama del hospital, con su cabeza inmovilizada y dos tubos de oxígeno por nariz y boca, proporcionándole el aire que sus pulmones no podían capturar.
Lamentablemente, cinco días más tarde falleció. El daño era irreversible, es como si le arrancaran un pedazo del alma a un padre que tiene que verse forzado a tomar la determinación para desconectarla de la máquina de soporte vital y pasar por el indescriptible dolor de dejar partir a su hija.
Nunca se está preparado para esto, no hay palabras ni consuelo cuando tienes que despedir a un ser amado para siempre, en medio del dolor Adrián tomó las que serían las ultimas fotografías de su amada hija, sentía rabia y tristeza. Quería registrar ese momento en que lo atormentaba la frustración de no haber podido hacer algo más para salvarla.
Escribió en su perfil de Facebook:
“Hoy estaría cumpliendo 18 años y para concientizar a las personas estoy publicando fotos de Julia minutos antes de que muriera”, “En lugar de celebrar por su cumpleaños, debo poner flores en su tumba”.
Adrián dijo que no había sido capaz de mirar las fotos pasados 17 meses desde que Julia falleció, pero tomó esta dura decisión en memoria de su hija para impulsar una campaña contra la intimidación online, las autolesiones y el suicidio en la juventud, dice que fue una semana horrible para él, su familia y los amigos de Julia, “estaba tomando las flores de su tumba y supe que tenía que hacer algo”.
“Liberar estas fotos fue una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida, ver las imágenes por primera vez me hizo revivir muchas emociones que había sentido en ese momento y me hicieron sentir físicamente enfermo”.
Julia nació en Warrington, y a la edad de cuatro años viajó con su familia para vivir en Estados Unidos, una década después regresó a su ciudad natal en el Reino Unido tras sufrir problemas de acoso online y autolesiones.
Su padre intentó ayudarla a salir de ese mundo de oscuridad y comenzó a incorporarla a un grupo de trabajo que ayuda a los jóvenes a prosperar a través de los deportes. Le hizo saber que la apoyaba y su amor era incondicional. La confianza de Julia comenzó a crecer y tenía sueños de estudiar periodismo político en la universidad.
Pero lo que no sabía su padre era que Julia seguía deprimida siendo objeto de abuso en línea y secretamente frecuentaba páginas web bajo una falsa identidad como miembro de grupos que promovían en los adolescentes el suicidio, glorificándolo como una “muerte hermosa”, sin pensar en las consecuencias.
“Ciertamente, puedo decirle cualquier joven por ahí, que no hay nada de bello en causarse daño y acabar con su vida”, añadió Adrián.
Tomé las fotos minutos antes de la muerte de Julia y las enterré en mi teléfono, por alguna razón las había conservado porque no quería mirarlas, sigo sin querer hacerlo, pero sabía que lo tendría que hacer algún día y son demasiado importantes, creo que la razón de ayudar a crear conciencia es demasiado vital como para no hacerlo”.
“Pero si puedo ayudar a un padre, madre, a una familia o amigo a no tener que pasar por lo mismo que yo pasé… de eso se trata esta campaña”.
«La respuesta fue sobrecogedora. Recibí mensajes de familias que perdieron a sus hijos adolescentes y niños, agradecieron por publicar las fotografías. También muestra cuán desesperante es el asunto y cuánto se necesitan las campañas que hago», advirtió. Ha recibido hasta ahora 10.000 mensajes de todo el mundo, incluyendo 900 correos electrónicos y ha estado en contacto con un representante de las Naciones Unidas.
«Debemos continuar poniéndole fin al estigma que provoca el bullying», publicó Adrian, era la primera vez que volvía a ver a su hija a través aquellas imágenes tan dolorosas, «Me destruye, pero siento que necesitamos hacer esto para aumentar las alarmas, así nadie tenga que atravesar lo que tuvimos que soportar», fue su mensaje.
«Esta historia devastadora de una hermosa joven que se había rendido a sí misma y a la vida, debido a otros necesita ser escuchada», añadió.
Como sociedad tenemos que seguir buscando formas de infundir a nuestros hijos valores morales que no permitan abusar de otros, y también a tener la confianza necesaria para que siempre acudan a nosotros en estos casos de desesperación para pedir ayuda en lugar de hacerse tanto daño y atentar contra su vida.
Adrián se cuestiona como consejero contra la intimidación y antiestigma, que no era consciente de lo que estaba pasando y si podría haber hecho más como padre para ayudar a través de los servicios de salud mental y la escuela y qué posibilidades tiene con otros padres.
Adrián cambió radicalmente su vida desde que perdió físicamente a Julia, menciona que tiene la intención de continuar en nombre de Julia esta lucha y campaña contra el odio y la intimidación online, utilizando la cuenta de Twitter @TheJDCampaign y el hashtags #SASSY y #InspireBelieveSucceed.
Si necesita más información, ayuda o consejo puedes hacer clic en los siguientes enlaces: adrianderbyshire.co.uk,Papyrus (prevención de la joven suicida), Samaritans y Childline.
Infobae
Ahora el padre de Julia dedica su tiempo a la concientización acerca del peligro que envuelve el ciberacoso creando problemas de autolesión y suicidio en los adolescentes que en la actualidad se la pasan prácticamente conectados en las redes.
A partir de mis propias experiencias y de quienes han pasado por algo similar, sin duda existe la necesidad de una red de apoyo para los adolescentes que se enfrentan a estas presiones, y a sus familias. Ha transitado por ese camino y padeció las consecuencias devastadoras. En eso piensa cada día. En eso y en Julia.
El acoso cibernético es un grave problema comparte su historia para alertar y prevenir no queremos más víctimas de esta forma de violencia.