La mayoría de las niñas que andan por ahí consideran a sus padres como sus héroes personales. Ellos son la imagen masculina más importante con la que crecemos: sus manos fuertes, sentarnos en su regazo, que nos carguen sobre sus hombros, nos hacen sentir enormes y superpoderosas y, admitámoslo, ¡nos encanta ser las niñas de papá!
Aquí enumeramos seis razones (¡y hay muchas más!) por las que los papás serán nuestros héroes eternos, incluso de adultas, y por qué los amamos tanto.
1- Nos enseñan el valor de trabajar duro
Si alguien nos ha demostrado lo que significa trabajar duro, ese es papá. Lo veíamos llegar día tras día, cansado de tanto trabajar, y siempre le quedaba energía para algo más. Constructores de casas de muñecas, hamacas en el jardín, autos de madera,… todo lo que pedíamos, papá lo hacía posible y siempre con energía inagotable.
2- Hacen lo que sea para que tengamos el mejor nivel de vida posible
A pesar de los contratiempos de la economía o de los problemas sociales, papá siempre trata de entregarnos un mundo hermoso en el que vivir. Su familia y sus hijos son el motivo que lo impulsa siempre a seguir adelante. Y si alguna vez tiene que elegir entre algo para él y algo para su hija, siempre siempre nos pondrá como prioridad y nos bajará la luna, de ser necesario.
3- Tienen sus rasgos distintivos y nos los trasladan
Algunos papás son el alma de la fiesta, otros son exploradores del campo y la selva, otros son ávidos lectores y estudiosos. Pero qué hermoso es cuando reconocemos los rasgos favoritos de papá en nuestro propio comportamiento.
Algunas herencias nos harán más felices que otras, pero siempre que hacemos algo que nos recuerda a papá, nos dibuja una sonrisa en la cara.
4- Nos enseñan a no cometer los mismos errores que ellos cometieron
A pesar de que nos quejamos de las lecciones y sermones de papá del tipo “cuando yo tenía tu edad…” lo cierto es que sus consejos son de los más valiosos y los que más atesoramos.
Su experiencia, y sobre todo lo mucho que lo admiramos, lo hacen el modelo perfecto a seguir, y siempre están dispuestos a compartir sus experiencias para ahorrarnos algunas desilusiones innecesarias en la vida.
5- A veces son duros por nuestro propio bien
Son exigentes y nos obligan a mejorar constantemente para estar a la altura de sus expectativas. Nos ponen presión, es cierto, pero siempre buscan hacer de nosotros personas mejores.
Sus críticas son las más dolorosas, es cierto, pero cuando los hacemos orgullosos sentimos una satisfacción extra especial. Papá es la persona más difícil de complacer, pero a veces es la única a la que queremos complacer.
6- Creen en nosotras aunque no lo demuestren
Pregúntale a sus amigos si no me crees, ellos te dirán cuánto orgullo hay en la mirada de tu padre cuando habla de ti. A pesar de que sean duros con nosotros y que nos empujen a mejorar y cambiar actitudes, en el fondo nuestros padres son nuestros primeros fans. Nos aman y siempre desean lo mejor para nosotras.
Y aunque no lo parezca, siempre estarán orgullosos de nuestros logros y de los pasos que vamos dando como personas. Ellos no pueden creer que su pequeña niña ya sea toda una mujer.