Meses atrás, las páginas de los diarios y las redes sociales fueron invadidas con el video que le dio la vuelta al mundo sobre el incidente que protagonizaron la infanta Leonor y su madre, la reina Letizia contra doña Sofía.
En aquella ocasión, un «manotazo» por parte de la menor provocado por su madre en contra de la madre del rey, provocó las más diversas reacciones, dejando en evidencia el irrespetuoso trato de la niña hacia su abuela. Todo porque doña Sofía en su pleno derecho quiso tomarse unas fotos con las pequeñas, y la reina Letizia se lo impidió, para después la infanta Leonor rechazar violentamente el brazo de su abuela sobre su hombro.
Aunque el incidente dio mucho de qué hablar, posteriormente las aguas se calmaron hasta que recientemente un nuevo suceso ha puesto en evidencia el fuerte carácter de las pequeñas. Pero esta vez ha sido la infanta Sofía quien ha manifestado externamente su descontento frente al afán de control que ejerce su madre.
Sabemos que la familia es la prinicpal escuela donde se viven virtudes, pero también vicios y malos tratos se pueden aprender en ella. Y ya se ve que la infanta Sofía tiene escuela a quién aprender que cuando algo no le parece, lo manifiesta sin el mayor reparo.
Durante la típica sesión de fotos de verano de la familia real española en Mallorca, mientras la familia pasaba las tradicionales vacaciones en el Palacio de la Amudaina, después de las niñas volver de su campamento en el extranjero, Sofía reaccionó con energía frente al intento de su madre de bajar su brazo mientras posaban ante las cámaras.
El incómodo momento sucedió porque la menor de las hermanas colocó su brazo sobre su cara para protegerse así de los rayos del sol que evidentemente la molestaban. Detalle que la reina Letizia fue incapaz de comprender y pasar por alto, por lo que inmediatamente, sin decirle nada siquiera a su hija, que es ya una adolescente, simplemente procedió a bajar su brazo para lograr la foto perfecta.
El gesto de la reina asentó evidentemente muy mal a la infanta Sofía, quien se sintió reprimida y levantando el brazo en son de protesta, agitó su cabeza hacia los lados recriminando su actitud, sin importarle que estaba frente a las cámaras.
Sin duda, una actitud muy similar a la de su hermana en Pascua, igual de desafiante, igual de irrespetuosa. Aunque algunos han comentado que era la respuesta justa a un afán de control desmedido que ejerce la reina sobre sus hijas.
No es la primera vez en que se ve a la reina dicéndoles lo que tienen que hacer, cómo se deben vestir, sentar, o comer.
En otra sesión de fotos, igualmente la infanta Sofía estaba sentada junto a su padre con las piernas ligeramente abiertas, y la reina tuvo que intervenir para que las cerrara. A lo que la infanta Sofía respondió con una forzada sonrisa con la que dejaba ver detrás lo poco a gusto que se encontraba.