En el popular programa de televisión “The Doctors”, transmitido en Estados Unidos, ocurrió una escena que no tardó en hacerse viral en las redes.
Stephanie, fue una invitada especial al programa y llevó a sus siete bebés al estudio de televisión en el que se grabaría y transmitiría el show.
Lo que nadie imaginó es que ninguno de los bebés era real, aunque tenían la apariencia de un ser humano.
Desde que Stephanie era muy niña amaba las muñecas, fue creando una colección y años después comenzó a crear sus propias versiones.
Un doctor presente en el programa le pidió permiso para sostener a uno de los bebés y lo tuvo entre sus brazos.
Lo que no pensó era descubrir que no se trataba de un niño de carne y hueso, sino de un muñeco.
Su gesto asombró a todos los presentes en el estudio de televisión, a los espectadores y a los usuarios de las redes.
Ha perfeccionado tanto la técnica para fabricar a los muñecos que es muy difícil distinguirlos de los bebés reales.
Ella se dedica a cuidar a los bebés, los humaniza, les cambia los pañales, los alimenta e incluso los lleva a pasear al parque. Nadie podría suponer que son muñecos de plástico porque su apariencia es idéntica al de un niño real.
Stephanie tiene una hija de 13 años que participa en el emprendimiento de su madre desde que decidió fabricar muñecos para venderlos. El negocio de la fabricación de estos muñecos ha resultado muy exitoso.
Aunque hay opiniones encontradas sobre el uso de este tipo de muñecos que son atendidos por mujeres como si se trataran de niños reales, algunos celebran su existencia. En una residencia de mayores emplearon este tipo de bebés conocidos como “reborn” para ayudar a los pacientes con Alzheimer y demencia senil a tener sentido de responsabilidad.
Los ancianos atienden a los bebés creando una rutina, y tareas que fortalecen su capacidad y confianza en sí mismos para cumplir con las responsabilidades que implican el cuidado de un niño.
Pero en otros casos, los expertos aseguran que las personas que optan por humanizar a estos muñecos tienen un trastorno psicológico que necesita ser tratado.
Stephanie tiene 41.200 seguidores en su perfil de Instagram en el que comparte con frecuencia imágenes de los bebés que fabrica y de su experiencia junto a ellos. Cada bebé puede costar entre 600 y 1.000 dólares.
En promedio, ella se tarda 40 horas en terminar un muñeco reborn, dice que está complacida con su trabajo por la forma en la que alegra la vida de sus clientes.
A pesar de que la mayoría de las personas no comprendan la necesidad de quienes deciden criar a un muñeco ella asegura que es un hobby sano.
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