Sarah Milner, es una madre de 30 años que ha demostrado lo inmenso que puede llegar a ser el amor por un hijo.
Esta madre británica adora a sus hijos, siempre está pendiente de ellos, de sus cuidados y de todo lo que ellos necesitan. Sarah es una mujer es capaz de sacrificar su vida por ellos y ha así lo ha demostrado tras ser diagnosticada con cáncer y rechazar su tratamiento para poder dar a luz a su tercer hijo.
“Debido al agresividad del cáncer, los médicos me aconsejaron interrumpir mi embarazo. Sin embargo, yo no quise hacer eso. Quería tener a mi bebé sin importar nada”, confesó Sarah.
Sarah estaba en la semana 21 de gestación cuando fue diagnosticada con cáncer de cuello uterino y tenía planeado traer a su bebé al mundo a través de una cesárea en abril del 2020. Su prioridad era el nacimiento de su hijo de la mejor manera posible, por lo que se negó a iniciar el tratamiento contra el cáncer.
En caso de que recibiera tratamiento para su enfermedad, tendría que interrumpir el embarazo porque su bebé sufriría daños irreversibles.
“Tenía 21 semanas de embarazo y me diagnosticaron cáncer de cuello uterino de primera etapa, describieron el cáncer como muy agresivo. Cuando escuché el diagnóstico no podía creer que esto me estaba pasando, no parecía real. Estaba devastada”, agregó Sarah.
Finalmente logró su objetivo y su tercer hijo, Louis, nació completamente sano. Aunque fue sometida a una intervención quirúrgica para extraer su útero, ovarios y algunos ganglios linfáticos, su expectativa de vida no es la más alentadora y es mucho menor a la que tenía hace un año.
“Mis hijos, Lily-Grace de 9 años, Bobbie de 7 años y Louis, se van a quedar sin su mamá, y quiero dejarles cosas especiales para niños para cuando ya yo no esté. Les escribo tarjetas de cumpleaños para el futuro y tarjetas para otras ocasiones especiales como bodas”, reveló Sarah.
Actualmente, y por la postergación de la quimioterapia Sarah padece de un cáncer en etapa 4. Lamentablemente se le encontró otro tumor y la enfermedad se extendió por todo el cuerpo.
Los médicos le dieron dos años de vida, pero Sarah no se arrepiente y a pesar de los costos de no haber interrumpido su embarazo, está alegre de haber cumplido su sueño de traer al mundo a Louis.
En esta carrera contra el tiempo, hace poco su pareja, James decidió proponerle matrimonio, a lo que ella aceptó de inmediato. Se casaron rápidamente y se fueron de luna de miel durante un día.
Ella vive y disfruta lo que le queda de vida tanto como puede sin dejar pasar un solo instante. Cada día compartido con sus pequeños es una bendición.
Comparte la emotiva historia de Sarah, quien se preocupa de dejarle un lindo regalo a sus tres hijos, su legado de amor infinito que va más allá de la vida.