Todos alguna vez hemos realizando alguna compra en línea. Muchos pasamos días esperando con ansias la llegada del paquete y en una que otra ocasión algún error ocurre y las cajas son enviadas a la dirección equivocada.
Jillian Cannan es una mujer de Nueva York que pasó por una confusión que la dejó tanto a ella como a los empleados de Amazon completamente boquiabiertos. Recibió más de 500 cajas por error.
Al principio, recibió cerca de 150 cajas. Durante unos días las dejó en la entrada de su casa y no les prestó mucha atención. Pensó que estaban dirigidas realmente a su negocio, un estudio de arte.
Finalmente, cuando se decide a abrirlas queda en shock. Dentro de las cajas no había más que miles de soportes de silicona para utilizar dentro de las máscaras faciales.
Le pareció muy extraño imaginar que Amazon hubiese cometido tal error y decidió contactar a un empleado de su Estudio para asegurarse de que nadie en su trabajo hubiese hecho un pedido así.
En efecto, nadie en el estudio había pedido esos misteriosos envíos. Las etiquetas de las cajas eran otra gran interrogante.
Los datos aseguraban que debían ser enviadas a la casa de Jillian pero su nombre no aparecía por ningún lado. Tampoco aparecía ningún dato alguno sobre la dirección de las personas que la habían enviado.
“Pensé que era algún tipo de estafa o alguien que estaba limpiando su almacén. Sin embargo el contenido de las cajas me hace dudarlo. Todas traen lo mismo”, dijo Jillian.
No había forma alguna de devolverlas a su origen. Jillian contactó a Amazon y ellos les dijeron que podía quedarse con todas las cajas. Tampoco encontraban explicación alguna a ese extraño error.
Las cajas siguieron llegando en camiones cada vez más grande. Antes de darse cuenta, Jillian tenía más de 500 cajas que a duras penas le permitían ver su propia puerta.
Los representantes de Amazon encontraron que los datos de la caja tampoco estaban asociados a una cuenta de Amazon.
La información que guardaban en su sistema tampoco parecía llegar a ningún lado. Lo que sí pudieron averiguar era que todavía habían mil cajas por enviar a la casa de Jillian.
“Acabo de hablar con Amazon de nuevo. Pudieron detener una orden adicional en donde enviarían mil cajas más hacia mi casa. Todavía no podemos decir cuántas más se encuentran en camino”, dijo Jillian.
Abrumada con la extraña situación, Jillian decidió utilizar un poco de creatividad. Con ayuda de sus compañeros de trabajo comenzó a organizar kits de decoración para que los niños de los hospitales puedan pintar y personalizar sus propias máscaras.
Amazon accedió a donar las herramientas necesarias para sumarse a las donaciones. Afortunadamente, los soportes de mascarillas sobraban.
¿Qué harías si recibes una entrega tan enorme y tan extraña como esta? ¡Comparte!