Todo aquel que sufre de alergias sabe que solo basta el mínimo contacto con la sustancia a la que es intolerante para que pueda sufrir consecuencias fatales.
Meleri Williams es nuestra protagonista, una jovencita de 20 años de edad que sufre de alergia severa a las nueces. Williams se disponía a abordar un vuelo a Buenos Aires cuando le comentó a la tripulación de cabina que sufría de una fuerte alergia.
Viajó de Gatwick a Buenos Aires con Norwegian Airlines sin inconvenientes.
Meleri estudia en la Universidad de Cardiff y comenzaría a trabajar como maestra voluntaria en una escuela primaria en Argentina, la escuela que le asignaron estaba a más de 1.850 kilómetros de distancia.
De Buenos Aires a la escuela que le asignaron viajó más de 26 horas en carretera.
Aunque la aerolínea decidió no repartir nueces y advirtió a todos los pasajeros a bordo no abrir ningún empaque que contuviera nueces, Meleri recibió la orden a abandonar el avión por lo que se vio obligada a realizar su viaje en bus recorriendo cientos de kilómetros. Al respecto la joven señala:
Mi alergia es muy severa y podría conducir a un shock anafiláctico donde mis vías respiratorias podrían cerrarse y podría morir. Llevo un Epipen, pero no quería ponerme en una posición en la que hubiera un alto riesgo y pudiera sufrir una reacción alérgica a mitad de vuelo”.
Para alivio de la joven, al llegar la recibieron con una hermosa bienvenida que compensó todo el esfuerzo del viaje, señala que no le agradó en lo absoluto la forma en que fue tratada por una aerolínea argentina, argumenta que como profesionales deben revisar su política y mejorar el servicio que ofrecen para las personas alérgicas a las nueces.
Para ella este es el primer incidente que tiene al viajar por su alergia, las otras aerolíneas siempre la han tratado con preocupación y consideración.
Hasta el momento no ha recibido ninguna respuesta de la segunda aerolínea que le pidió abandonar el avión.
Un portavoz de la campaña de anafilaxia de la organización benéfica del Reino Unido comenta que todas las aerolíneas del mundo manejan distintas políticas para tratar a las personas con alergias severas y deben velar por la seguridad del pasajero.
El incidente ha creado disgusto abriendo una investigación para crear mayor conciencia en las aerolíneas y ofrecer soluciones a las personas afectadas.
Deseamos este tipo de incidentes no sigan sucediendo y se trabaje para velar por los derechos de todo aquel que decide abordar un avión.
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