¿Alguna vez has pensado en todo el esfuerzo que tienen que hacer los profesores para asegurarse de que sus alumnos aprendan en medio de la pandemia? Pues, su dedicación llega a ser tan grande que son capaces de pasar hasta 8 horas sobre un caballo para llegar a cada uno de sus alumnos.
Tal como realiza Cicilia Gatica, una profesora de la escuela Sara Cruz Alvayay, ubicada en el pueblo de Juntas de Valeriano, Chile. Para ella,es fundamental que los 18 alumnos a su cargo puedan seguir aprendiendo pese a todas las dificultades técnicas que les rodean.
La escuela se encuentra en una zona rural, al pie de los Andes, con casi nula conexión Wifi por lo que la mayoría de sus alumnos no pueden conectarse para recibir clases virtuales, como ha sido la norma desde el inicio de la contingencia por el coronavirus.
Pero no hay nada más importante que la educación de los niños que serán el futuro de la humanidad, así que Cicilia decidió que lo mejor que podía hacer era dar lecciones individuales a cada uno de sus estudiantes.
Fue después de una reunión estratégica con los padres de los pequeños que todos coincidieron en que esa era la mejor solución, aunque claramente implica un gran trabajo por parte de la también conocida “Maestra de Caballos”.
«Los niños me preguntaron si podía visitarlos en casa y yo les dije: ‘¡por supuesto! No hay problema'», señaló la profesora.
Esta noble profesora lleva sus materiales de enseñanza dentro de la mochila que carga sobre su espalda en toda su jornada. Pero, además de la falta de Internet, ha tenido que enfrentarse a la realidad de muchos de sus alumnos.
Algunos de los niños fueron enviados por sus padres a lo alto de las montañas para dedicarse al cuidado de sus rebaños familiares, o a la agricultura. Por ello, aunque eso implicara montar hasta lo alto de las montañas, se comprometió a cabalgar hasta donde fuese necesario.
«Llegaré a donde estén ustedes con sus hijos», enfatizó la profesora.
Es así como, 2 veces al mes, Cicilia cumple con sus visitas a sus alumnos, sorteando difíciles caminos y barrancos que ponen en riesgo su propia seguridad y salud. Muchas veces tiene que dormir en casa de alguno de sus estudiantes y descansar durante al menos 2 días.
Afortunadamente, los esfuerzos de esta ejemplar profesora no han pasado desapercibidos y ya ha sido reconocida con el premio “Nuevos Héroes”, que otorga una institución en su país a aquellas personas que han dado todo de sí para seguir avanzando pese a la pandemia.
Es todo un ejemplo a la docencia
“Este premio no significa que me vaya a detener. Voy a seguir aún más fuerte”, afirma Cicilia.
Enhorabuena por esta gran profesora que nos demuestra que no hay imposibles cuando se trata de ayudar a los demás, especialmente si se trata de niños.
Todos podemos ayudar a que la pandemia no sea tan compleja para los más necesitados, brinda una mano amiga siempre que puedas y no te vayas sin compartir esta inspiradora historia.