Alberto Encinas, de Mallorca, luchó durante ocho años para recuperar a su hija Olivia Encinas, quien fue secuestrada por su madre, de origen polaco, Katarzyna Hlond.
El pasado miércoles la policía polaca localizó a la menor en la localidad de Katowice, al sur de Polonia.
A pesar de que la sentencia judicial le otorgaba la custodia al padre, la progenitora se llevó a la menor.
Cuando habían transcurrido cinco años del secuestro de Olivia, sacada de forma ilegal de España por su madre, la familia de la niña seguía realizando actividades para recaudar fondos para el operativo de búsqueda.
Olivia nació el 25 de abril de 2008 en Pollença, el Juzgado de primera Instancia nº 2 de Inca, sentenció que le corresponde al padre la patria potestad exclusiva de la menor.
La madre se aprovechó de un día de visita, el 31 de diciembre de 2011, para llevarse a la niña sin autorización a Polonia sin ofrecerle ningún tipo de información al padre.
La policía polaca logró localizar a Olivia y a su madre, contra quien había una orden de búsqueda y captura por el secuestro de la niña. Después de conocer la noticia, Alberto viajó hasta Polonia y este jueves logró reencontrarse con su hija.
Después de ocho años de angustia, finalmente terminó la pesadilla de no poder ver a su pequeña que cuando fue secuestrada por la madre tenía apenas tres años. Katarzyna dijo en el 2011 que viajaría a Polonia para visitar a su familia, pero nunca regresó a Mallorca, donde residían en España.
Alberto Encinas ha gastado más de 60.000 euros intentando recuperar a su hija, que actualmente tiene 11 años. Durante el tiempo en el que estuvo secuestrada, él viajó en numerosas oportunidades a Polonia, contrató detectives y pagó casos judiciales ante los tribunales polacos.
El año pasado, el caso de la menor dio un giro inesperado cuando Katarzyna Hlond compareció en un programa de televisión asegurando que su ex esposo la había maltratado.
Ella desafió la orden de búsqueda y captura que se emitió en su contra al aparecer públicamente en una cadena de televisión pública de su país.
En esa oportunidad fue entrevistada usando una peluca para poder ocultar su verdadero aspecto físico, y estuvo en la vivienda de sus padres en Polonia.
En sus declaraciones, comentó que tenía varios años ocultándose de la justicia y alegó que tenía el apoyo de muchas personas para poder mantenerse prófuga en Polonia.
Alberto pudo ver el resultado de todo el esfuerzo que hizo durante estos ocho años junto a su familia para poder ser partícipe del crecimiento de su hija y defender la ley que le otorgó la patria potestad.
Aunque nada podrá hacerle recuperar el tiempo perdido junto a Olivia, sí podrá encontrar el consuelo de saber que se hizo justicia.
El abogado del padre de la menor, Juan Antonio Godoy, declaró: “Esto pone fin a los años de lucha judicial y extrajudicial y da el triunfo a un padre que nos ha dado a todos un ejemplo de perseverancia y fortaleza, en un caso en el que muchas personas e instituciones se han volcado para ayudar a Alberto”.
Ningún padre debería vulnerar los derechos de los niños para complacer sus caprichos o necesidades individuales motivadas a veces por la venganza con la ex pareja. Los que lo hacen no tienen alma, no velan por el bienestar físico y emocional de sus hijos y ese debería ser no solo su compromiso sino su prioridad.
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